domingo, 24 de marzo de 2013

TRASTORNOS EMOCIONALES EN NIÑOS Y ADOLESCENTES



7.11. TRASTORNOS EMOCIONALES EN NIÑOS Y ADOLESCENTES: TRES EJEMPLOS

  .Sperry y Carlson (1998) presentan tres ejemplos relevantes de trastornos infanto-juveniles (depresión, hiperactividad y trastornos alimentarios) de los que se deduce, como modelo general para los trastornos infanto-juveniles la importancia de varios factores interrelacionados entre si:

 A-Biológicos o constitucionales del niño: La inferioridad orgánica adleriana.
 B-Psicológicos o subjetivos del propio niño: Su Estilo de Vida
 C-Contexto de la dinámica familiar donde transcurre la vida del niño, y el papel del síntoma en la misma:   La Atmósfera Familiar.

A) Depresión mayor infantil:  (Myers y Croake, 1998)



-Factores constitucionales:  Básicamente se refiere al grado de actividad temperamental del niño (mayor  actividad o pasividad). En los niños con depresión mayor en la infancia habría  un predominio del temperamento mas pasivo.

 -Factores psicológicos:  Los niños con depresión han solido tener : (1) Aprendizaje temprano caracterizado por exceso de mimo y protección, lo que facilita su funcionamiento dependiente y la baja tolerancia a la frustración de sus deseos, (2) Las metas inconscientes que estos niños buscan con su funcionamiento del Estilo de Vida se caracterizan por asumir una  extrema ambición de logro (búsqueda del éxito) con escasa consideración de los deseos ajenos (falta de cooperación e interés por los otros), (3) Ira y hostilidad  derivadas de sus creencias personales de ser tratado injustamente cuando sus deseos no son cumplidos, y en un contexto de rivalidad con sus hermanos y  (5) Mantenimiento relacional de los síntomas depresivos como método inconsciente   para lograr los propósitos (del niño y hasta de la propia familia) de su ambición y  excusa para expresar su hostilidad por su "enfermedad".

 -Factores familiares : Las familias de estos niños se caracterizan por  dar prioridad a (1) la valoración de la consecución ambiciosa de metas de éxito en la vida, (2)  contexto de competitividad y rivalidad de  la pareja matrimonial  de sus padres  (ambos persiguen metas distintas y contrapuestas), (3) el niño primogénito suele asumir con más frecuencia las metas ambiciosas de la familia, y es el más expuesto a la depresión cuando no se siente capaz de cumplirlas, (4) Los síntomas depresivos no solo son una excusa inconsciente para el propio niño, sino para el propio mantenimiento del equilibrio familiar, pues en el contexto de rivalidad de los padres, puede servir a alguno de ellos para abandonar momentáneamente la lucha con el otro progenitor y mostrar lo "buen padre o madre que es" ocupándose de su hijo/a depresivo.



B) Trastorno hiperactivo:  (Croake y Myers, 1998)



 -Factores constitucionales: Posiblemente en algunos de estos niños (hiperactividad constitucional y no en la hiperactividad  emocional) exista una predisposición biológica (inferioridad orgánica) que conlleve un exceso de actividad y dificultades atencionales. Estos niños posiblemente sean mimados y sobreprotegidos por el entorno familiar y por otros adultos, produciendo en ellos una dificultad para desarrollarse cognitiva  y  socialmente.

 -Factores  psicológicos:  El Estilo de Vida de estos niños gira en torno a un intenso  sentimiento de inferioridad  y de incapacidad (esquemas aperceptivos de si mismo como ser inferior a otros),  con una percepción de la vida y sus tareas como  fuentes potenciales de fracaso y humillación por lo que trataran de sentirse superior         mediante actividades ajenas al sentimiento de comunidad  (p.e hiperactividad motora para mostrarse muy  activos y eficientes, o divagación de su atención en fantasías de éxito personal mas que en tareas académicas  o de interacción social cooperadora)
               
-Factores familiares:  En algunas de las familias de estos niños aparecen padres que se sienten muy inseguros de  sus competencias personales (sentimientos de inferioridad) y compiten entre ellos para sentirse significativos e importantes, modelando la conducta del niño de tipo no cooperadora, e influyendo en la rivalidad con sus hermanos.  El niño en esta atmósfera familiar está  influido por la rivalidad, la falta de cooperación para resolver las dificultades  y la inconsistencia de normas y procedimientos, lo que facilita su carencia de autodisciplina cognitiva.



C) Trastornos de la alimentación: (Carlson, 1998)



 -Factores constitucionales:  Parece no existir una inferioridad orgánica que predisponga a facilitar los trastornos de la alimentación, pero si influyen en el mantenimiento y desarrollo de los síntomas del mismo (p.e problemas metabólicos y hormonales)

-Factores  psicológicos: Los trastornos de la alimentación se conceptualizan como resultado de la conducta  de sobrecontrol mediante una combinación de perfeccionismo y pesimismo. Las muchachas jóvenes usan en cierto modo a sus padres (inconscientemente) para hacer realidad sus ambiciones incumplidas. Buscan                la aprobación externa de sus éxitos en áreas ajenas al sentimiento de comunidad, para sentirse exitosas, mediante metas como el perfeccionismo en el aspecto físico, o el logro de resultados académicos por sentirse superiores a otros. El funcionamiento de la joven adolescente en el plano social le proporcionará sus primeros fracasos (vividos de manera terrible) y su refugio compensador en los hábitos del trastorno alimenticio           (sensación artificial de control y competencia personal).
 
-Factores familiares: De manera similar a las familias de los niños con depresión mayor, la atmósfera familiar, y al menos en uno de los padres existe una valoración excesiva de la competencia y el éxito personal; y una escasa estimulación y preparación para la de  cooperación, de modo que se espera de la chica que padece   el trastorno alimentario un nivel perfecto de  éxito en su vida (está no será muy   competente sin embargo en el plano social, dada sus carencias de sentimiento de comunidad).
   Estas  familias valoran mucho el éxito en la vida (personal, profesional, social..), pero carecen  de elementos que  faciliten la cooperación en las interacciones (y abonan el fracaso en las mismas).

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