miércoles, 25 de marzo de 2015

¿CÓMO TRABAJO CON LA TERAPIA DE GRUPO ADLERIANA EN LA USMC DE ÚBEDA?





¿Cómo trabajo con Terapia de Grupo Adleriana? (Ruiz, 2014)

   Iniciamos la terapia con un grupo de 5 a 10 personas que se desconocen entre sí. Entran a una sala que dispone de un círculo de sillas. Cada uno se siente donde desea (es habitual después que se sienten en esos mismos sitios). En algunos grupos se observa conversaciones  entre ellos ya en la sala de espera, e incluso cuando pasan a la sala, en mi experiencia es menos frecuente que todos entren y permanezcan en silencio expectantes.
  En la primera sesión comienzo formalmente el grupo pidiendo que se presenten  y diciendo algo de que les trae a este grupo. Observo no solo lo que dicen, sino cómo lo dicen a nivel de entonación verbal, gestos y posturas y que reacciones verbales y no verbales tiene en los demás. También trato de observar quién se sentó al lado de quién y si esto permanecerá en las próximas citas. 
   A continuación pido al grupo que es importante que acordemos entre todos dos cuestiones básicas para el grupo: (1) ¿Qué acuerdos son necesarios para todo el grupo?, y, (2) ¿Sobre qué temas vamos a tratar en este grupo? Espero expectante sus respuestas y si piden mi guía les suelo plantear que temas importantes en los grupos suelen ser el de la confidencia, respeto por la diversidad de experiencias y opiniones, etc….y que deciden ellos sobre estas cuestiones.
   En este punto es importante observar tanto lo que dicen (o callan), como lo dicen y las reacciones de sus compañeros. A la cuestión de que vamos a tratar en el grupo es habitual que respondan sobre sus problemas o “enfermedad” y cómo manejarla. Tengo en cuenta lo que dicen, añadiendo que ya que estamos en un grupo es muy importante que tomemos conciencia de nuestra forma de relacionarnos tanto dentro como fuera del grupo y como eso nos afecta en los problemas o “enfermedades” que ellos refieren. Pido al grupo la opinión al respecto de esta cuestión central en esta terapia.  Preguntas que pueden apoyar esta cuestión son por ejemplo: ¿cómo os afecta vuestras relaciones pasadas y actuales en vuestro malestar?  Tras hacer circular esta cuestión en todo el grupo se puede entregar una “hoja de trabajo relacional” para rellenar en casa y revisar en el grupo. La primera sesión se suele cerrar con preguntas a todo el grupo sobre que nos llevamos hoy de del grupo y que podemos usar ante nuestro malestar entre las sesiones.
   En las siguientes sesiones, que pueden ir desarrollándose una vez a la semana durante dos horas, con un máximo de unas 16 sesiones en formato cerrado o de modo continuo y circular si el grupo es abierto con incorporaciones y  altas según sea su evolución, se van a ir desarrollando las distintas fases de la terapia de grupo, que no necesariamente es lineal y en ese orden secuencial forzoso, ya que se volverán a diversos temas de manera frecuente (los acuerdos iniciales, incidentes relacionales dentro del mismo grupo, desvíos de la tarea central del grupo, etc.). 
   Básicamente las tareas  terapéuticas siguientes a desarrollar en el grupo girarán en torno al modelo relacional de cada miembro del grupo (su Estilo de Vida) estableciendo dos momentos de trabajo con esto: (1) Las entrevistas subjetivas: consisten en relatos de incidentes relacionales dentro/fuera del grupo de sus miembros, observando también su conducta no verbal,  e invitando al grupo a expresar igualmente sus opiniones y sentimientos; observando también las conductas no verbales y el clima grupal general que se va generando en ese momento. En este punto el terapeuta irá progresivamente cuestionando al grupo globalmente y a cada uno de sus miembros sobre que parece buscar cada uno al actuar de esa manera, y a que lleva eso a largo plazo en las relaciones. (2) Las entrevistas objetivas: A lo largo de las sesiones grupales el terapeuta pedirá al grupo que realice varias tareas encaminadas a esclarecer los modelos relacionales (Estilo de Vida), tareas serán  pedidas para casa (p.e rellenando una serie de cuestionarios o realizando unas tareas de conducta) y que serán compartidas en el grupo. Estas tareas objetivas suelen ser por lo general responder a cómo marchan sus vidas en las relaciones o tareas de vida (trabajo, pareja, amistades, autoestima, sentido vital-espiritual), la atmósfera familiar en que se criaron y viven en la actualidad, trabajar con sus primeros recuerdos de la vida (como proyecciones de su matriz relacional básica de su Estilo de Vida), la autoestima-sentimiento de comunidad y en algunas ocasiones con los sueños (como reflejo de su disposición actual ante un problema).
  Toda esa información se irá reelaborando continuamente en un bucle más circular que lineal, tanto en los distintos momentos de las sesiones más avanzadas, como en el proceso global del grupo, que conlleve fortalecer la colaboración y estímulo grupal al progreso de cada uno de sus miembros, el esclarecimiento del Estilo de Vida-modelo relacional de sus miembros (mediante los métodos subjetivos y objetivos reseñados) y la reorientación o modificación de aquellos aspectos del estilo de vida que son disfuncionales para la vida en común.
  Aunque en cada sesión se dan “micro procesos” del bucle mencionado, conforme progresen las sesiones, y según como avance cada grupo, irá poniéndose más acento de trabajo en el esclarecimiento de los modelos relacionales del Estilo de Vida, no solo a nivel intelectual o racional de los datos objetivos recogidos, sino también a nivel emocional observando las relaciones grupales a los incidentes relacionales, confrontando a sus miembros sobre que persiguen o buscan actuando así y a qué les lleva eso en su vida relacional; o bien poniendo más acento en la reorientación de los Estilos de Vida-modelos relacionales pidiendo permiso a las personas afectadas por ellos, si desean escuchar las opiniones de sus compañeros, generando rondas de propuestas alternativas a comprobar y relatando en sucesivas consultas el efecto de esas alternativas en su vida relacional, si aumentan o no la cooperación o sentimiento de comunidad en ellas, o bien vuelven a caer en sus propósitos “ocultos” más defensivos de su autoestima dañada.

                                                                               Juan José Ruiz Sánchez
                                                                       Psicólogo Clínico. USMC de Úbeda.
                                                                                    16-11-2014

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