Gráfico realizado por Jorge Ayala en su web: http://elterapeutaestupido.ayalajorge.com/
¿Cómo trabajo con
Terapia de Grupo Centrada en Soluciones?
El terapeuta se reúne
con un grupo de personas previamente seleccionadas con algún criterio de
inclusión en ese grupo (en este caso diagnosticadas de problemas
ansioso-depresivo) una vez a la semana durante dos horas, a lo largo de un
número prefijado de sesiones, o de manera continua con altas e incorporaciones
progresivas al grupo según vayan evolucionando o se produzcan algunos
abandonos.
Es habitual que
bajo la óptica de la Terapia Centrada en Soluciones las personas que forman
parte de un grupo, y mucha gente en su vida corriente, estén centradas en
invertir esfuerzo y atención en cambiar determinados problemas a base de
aplicar “secuencias lógicas” de acción socialmente compartidas que muchas veces
suponen aplicar “más dosis” de lo mismo que previamente no ha funcionado,
produciendo una escalada progresiva de problemas-intentos de solución que a la
larga se convierte en perpetuadora de esos problemas (o como se dice en terapia
estratégica “el problema es la solución aplicada”.
Aunque muchas terapias estratégicas se centran en alterar esa
circularidad (p.e Watzlawick Nardone…), la Terapia Centrada en Soluciones-TCS
(De Shazer, Bellebach...) teniendo en cuenta esa posibilidad, introduce un
elemento adicional esencial. Ese elemento adicional es que ningún problema es
estático e invariable, y que todo problema tiene sus excepciones, ya sea porque
se producen cambios en su frecuencia o intensidad, ya sea porque hay momentos
en que no ocurre, etc.
Usando esas “excepciones” a través del “lenguaje estratégico”, tanto en la terapia individual, familiar o grupal se
busca incrementar los recursos, el “empoderamiento”, las expectativas de
autoeficacia o dominio de dificultades creando un contexto relacional de
posibilidades más que centrado solamente en las dificultades. Por supuesto que
el terapeuta escucha y está atento empáticamente al sufrimiento expresado, pero
lenta e incisivamente, de manera respetuosa y sintonizando con el mundo o la
lógica idiosincrática de sus clientes, va haciendo guiar los encuentros y
conversaciones de la terapia hacia las posibilidades de devolver la confianza
de superación de las dificultades a sus clientes.
En las primeras
sesiones de la TCS, y muchas veces, aún en sesiones posteriores el grupo suele
estar centrado en sus dificultades, aunque también se detectan consejos y
directrices de algunos de sus miembros que se escuchan atentamente y se ponen a
circular en el grupo para que este valore la viabilidad o no de las mismas sobre quienes se dirigen.
Pero además de usar esos recursos del propio grupo el terapeuta usa el
“lenguaje estratégico” para reforzar las capacidades o recursos escondidos debajo a veces de ansiedad, la ira, la frustración,
el desánimo o el pesimismo. En ese camino de encontrar la confianza de los
miembros del grupo será muy importante el apoyo y elogio que se den los
miembros del grupo.
Cada sesión del
grupo tendrá dos momentos, una donde usaremos las preguntas y otro donde al
final de la misma nos elogiaremos mutuamente y propondremos, cuando venga al
caso, una tarea que durante la semana refuerce aún más los cambios que vayamos
consiguiendo.
En resumen usaremos
para devolvernos la confianza en nosotros mismos, en nuestras capacidades tres
métodos básicos:
(1)
Las preguntas estratégicas; (2) Los
elogios y (3) Las tareas entre sesiones
Buscaremos optimizar la eficiencia centrándonos en esas tres
estrategias. Para ello en general, iremos observando tanto el grupo como un
todo, como a sus miembros individuales, y aunque tengamos una secuencia
prefijada de estrategias graduales a emplear en el grupo a la que podemos
recurrir, usaremos un esquema estratégico general común de guía en todas las sesiones.
Ese esquema general
consiste en las siguientes 4 opciones:
1-Si el grupo como
un todo o sus miembros individuales (según decidamos céntranos en uno u otro
foco) refieren o manifiestan progresos visibles en las mismas sesiones que
dependen de acciones personales que están parcial o totalmente bajo su control,
aconsejaremos que estén atentos y o continúen haciendo más de lo mismo en esa
línea.
2-Si el grupo como
un todo o sus miembros individuales (según decidamos céntranos en uno u otro
foco) refieren o manifiestan progresos visibles en las mismas sesiones que no
dependen de acciones personales sino de factores ajenos a ellos, por lo general
solo aconsejaremos que estén atentos a esos momentos y descubran por si mismos
que les ayuda a ello, sin pedirles ninguna tarea de acción.
3-Si el grupo como un
todo o sus miembros individuales según decidamos céntranos en uno u otro foco)
no refieren o manifiestan progresos o cambios en sus vidas actuales ni siquiera
de manera mínima, pero si son capaces de imaginar cómo sería su vida en el
futuro, como si ocurriera el milagro de haber superado todos sus problemas, es
decir es capaz de situarse en un escenario alternativo temporal; el terapeuta
se centrará en pedir a los miembros en cuestión que presten atención o hagan
cosas ya en su vida actual, de manera gradual, que les ponga en la dirección de
ese escenario alternativo.
4- Si el grupo como un
todo o sus miembros individuales según decidamos céntranos en uno u otro foco)
no refieren o manifiestan progresos o cambios en sus vidas actuales ni siquiera
de manera mínima, y tampoco es capaz de imaginar un escenario alternativo más
favorable; el terapeuta puede recurrir a múltiples estrategias (como las
derivadas de la terapia narrativa y su “método
de externalización de problemas”); pero en general usará las dos grandes
posibilidades de la terapia centrada en el problema: O bien interrumpir la
secuencia del problema-solución y/o introducir una prescripción que suponga un
giro de 180 grados a las soluciones previas.
Según el estilo del
terapeuta el uso de los métodos estratégicos pueden exponerse de manera más
psicopedagógica y directiva (estilo más educador) y/o bien usando lo que va
apareciendo en las interacciones grupales en el aquí y ahora (estilo más
facilitador) y cuestionando para generar posibilidades que devuelvan el poder y la confianza a sus miembros; o usando uno u
otro estilo según el momento del grupo.
Las terapias
estratégicas grupales derivadas de la teoría sistémica constructivista son
menos usadas que las familiares o las individuales en los servicios públicos
pero no por ello menos efectivas que otros enfoques de renombre. Su gran
aportación es centrarse en los recursos y posibilidades de los clientes que
bien ya tiene estos en sus vidas y que pasan desapercibidos o bien en
generarlos en contextos de sufrimiento y malestar, cambiando el foco de los
problemas a las posibilidades o excepciones.
Juan José Ruiz Sánchez
Psicólogo Clínico. USMC de Úbeda.
16-11-2014
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