miércoles, 25 de marzo de 2015

¿CÓMO TRABAJO CON LA TERAPIA DE GRUPO ANALÍTICA FUNCIONAL EN LA USMC DE ÚBEDA?







¿Cómo trabajo con terapia de Grupo analítica funcional? (Ruiz, 2015)

  Nos reunimos una serie de personas en una sala y nos disponemos sentados/as de modo circular. Después de presentarnos y decir que nos trae al grupo se facilitan tres grupos de hojas  para los participantes una sobre las normas del grupo (confidencialidad, duración del grupo y otras indicaciones), otra sobre los ejercicios iniciales del grupo (basados en la defusión-meditación-valores) que se acompañan de un CD con ejercicios similares para practicar en casa si se desea, y un hoja de registro que se puede usar in situ de la sesión o en casa y que se recogerán en cada sesión. Esta última hoja recoge la metodología básica del grupo.

   Con esa hoja se introduce la función de convertir a los/las participantes en observadores de las conductas de sus compañeros que aparecen en el mismo grupo que ellos estiman pueden ayudarle o perjudicarle tanto en el funcionamiento de la relación grupal como en su vida diaria; así como ofrecerles sugerencias de cambio.

   La primera media hora del grupo se usa para saludos informales de bienvenida y alguna anécdota semanal que puede ser o no relevante para los objetivos señalados, y se plantea un ejercicio experiencial de meditación en el estilo ACT (ejercicios de defusión, atención al presente, compasión y meditación con expansión a las emociones).

   La siguiente hora y media se deja libremente para que todos/as puedan participar con los relatos que deseen de cómo le van las cosas en su vida diaria, observando por el resto no solo los contenidos de lo que dicen sino de cómo se sienten y expresan en el mismo grupo y que relación puede tener eso con como les va en su vida diaria. Es decir se utiliza fomentar la observación, refuerzo y discriminación de explicaciones lo más funcionales posibles sobre esas conductas clínicas relevantes.

   Así cada persona del grupo tiene dos trabajos, uno consigo mismo usando las estrategias de ACT breves usadas como formato de meditación y otra de empuje a los compañeros/as usando la observación, explicación, refuerzo y sugerencias de alternativas.

   Esta es la línea que estoy trabajando actualmente en los tres grupos de manera única, con los que antes hacia un tipo de terapia grupal distinta; si bien en es cierto que algunos de sus componente s tienen experiencia previa en los métodos anteriores, la mayoría son nuevos en este formato de grupo analítico funcional con esos ingredientes de act breves.

  Los resultados serán valorados de la manera más precisa posible usando algunos cuestionarios relevantes de ACT y FAP

¿CÓMO TRABAJO CON LA TERAPIA DE GRUPO ADLERIANA EN LA USMC DE ÚBEDA?





¿Cómo trabajo con Terapia de Grupo Adleriana? (Ruiz, 2014)

   Iniciamos la terapia con un grupo de 5 a 10 personas que se desconocen entre sí. Entran a una sala que dispone de un círculo de sillas. Cada uno se siente donde desea (es habitual después que se sienten en esos mismos sitios). En algunos grupos se observa conversaciones  entre ellos ya en la sala de espera, e incluso cuando pasan a la sala, en mi experiencia es menos frecuente que todos entren y permanezcan en silencio expectantes.
  En la primera sesión comienzo formalmente el grupo pidiendo que se presenten  y diciendo algo de que les trae a este grupo. Observo no solo lo que dicen, sino cómo lo dicen a nivel de entonación verbal, gestos y posturas y que reacciones verbales y no verbales tiene en los demás. También trato de observar quién se sentó al lado de quién y si esto permanecerá en las próximas citas. 
   A continuación pido al grupo que es importante que acordemos entre todos dos cuestiones básicas para el grupo: (1) ¿Qué acuerdos son necesarios para todo el grupo?, y, (2) ¿Sobre qué temas vamos a tratar en este grupo? Espero expectante sus respuestas y si piden mi guía les suelo plantear que temas importantes en los grupos suelen ser el de la confidencia, respeto por la diversidad de experiencias y opiniones, etc….y que deciden ellos sobre estas cuestiones.
   En este punto es importante observar tanto lo que dicen (o callan), como lo dicen y las reacciones de sus compañeros. A la cuestión de que vamos a tratar en el grupo es habitual que respondan sobre sus problemas o “enfermedad” y cómo manejarla. Tengo en cuenta lo que dicen, añadiendo que ya que estamos en un grupo es muy importante que tomemos conciencia de nuestra forma de relacionarnos tanto dentro como fuera del grupo y como eso nos afecta en los problemas o “enfermedades” que ellos refieren. Pido al grupo la opinión al respecto de esta cuestión central en esta terapia.  Preguntas que pueden apoyar esta cuestión son por ejemplo: ¿cómo os afecta vuestras relaciones pasadas y actuales en vuestro malestar?  Tras hacer circular esta cuestión en todo el grupo se puede entregar una “hoja de trabajo relacional” para rellenar en casa y revisar en el grupo. La primera sesión se suele cerrar con preguntas a todo el grupo sobre que nos llevamos hoy de del grupo y que podemos usar ante nuestro malestar entre las sesiones.
   En las siguientes sesiones, que pueden ir desarrollándose una vez a la semana durante dos horas, con un máximo de unas 16 sesiones en formato cerrado o de modo continuo y circular si el grupo es abierto con incorporaciones y  altas según sea su evolución, se van a ir desarrollando las distintas fases de la terapia de grupo, que no necesariamente es lineal y en ese orden secuencial forzoso, ya que se volverán a diversos temas de manera frecuente (los acuerdos iniciales, incidentes relacionales dentro del mismo grupo, desvíos de la tarea central del grupo, etc.). 
   Básicamente las tareas  terapéuticas siguientes a desarrollar en el grupo girarán en torno al modelo relacional de cada miembro del grupo (su Estilo de Vida) estableciendo dos momentos de trabajo con esto: (1) Las entrevistas subjetivas: consisten en relatos de incidentes relacionales dentro/fuera del grupo de sus miembros, observando también su conducta no verbal,  e invitando al grupo a expresar igualmente sus opiniones y sentimientos; observando también las conductas no verbales y el clima grupal general que se va generando en ese momento. En este punto el terapeuta irá progresivamente cuestionando al grupo globalmente y a cada uno de sus miembros sobre que parece buscar cada uno al actuar de esa manera, y a que lleva eso a largo plazo en las relaciones. (2) Las entrevistas objetivas: A lo largo de las sesiones grupales el terapeuta pedirá al grupo que realice varias tareas encaminadas a esclarecer los modelos relacionales (Estilo de Vida), tareas serán  pedidas para casa (p.e rellenando una serie de cuestionarios o realizando unas tareas de conducta) y que serán compartidas en el grupo. Estas tareas objetivas suelen ser por lo general responder a cómo marchan sus vidas en las relaciones o tareas de vida (trabajo, pareja, amistades, autoestima, sentido vital-espiritual), la atmósfera familiar en que se criaron y viven en la actualidad, trabajar con sus primeros recuerdos de la vida (como proyecciones de su matriz relacional básica de su Estilo de Vida), la autoestima-sentimiento de comunidad y en algunas ocasiones con los sueños (como reflejo de su disposición actual ante un problema).
  Toda esa información se irá reelaborando continuamente en un bucle más circular que lineal, tanto en los distintos momentos de las sesiones más avanzadas, como en el proceso global del grupo, que conlleve fortalecer la colaboración y estímulo grupal al progreso de cada uno de sus miembros, el esclarecimiento del Estilo de Vida-modelo relacional de sus miembros (mediante los métodos subjetivos y objetivos reseñados) y la reorientación o modificación de aquellos aspectos del estilo de vida que son disfuncionales para la vida en común.
  Aunque en cada sesión se dan “micro procesos” del bucle mencionado, conforme progresen las sesiones, y según como avance cada grupo, irá poniéndose más acento de trabajo en el esclarecimiento de los modelos relacionales del Estilo de Vida, no solo a nivel intelectual o racional de los datos objetivos recogidos, sino también a nivel emocional observando las relaciones grupales a los incidentes relacionales, confrontando a sus miembros sobre que persiguen o buscan actuando así y a qué les lleva eso en su vida relacional; o bien poniendo más acento en la reorientación de los Estilos de Vida-modelos relacionales pidiendo permiso a las personas afectadas por ellos, si desean escuchar las opiniones de sus compañeros, generando rondas de propuestas alternativas a comprobar y relatando en sucesivas consultas el efecto de esas alternativas en su vida relacional, si aumentan o no la cooperación o sentimiento de comunidad en ellas, o bien vuelven a caer en sus propósitos “ocultos” más defensivos de su autoestima dañada.

                                                                               Juan José Ruiz Sánchez
                                                                       Psicólogo Clínico. USMC de Úbeda.
                                                                                    16-11-2014

¿CÓMO TRABAJAMOS CON LA TERAPIA DE GRUPO MINDFULNESS-MUSICOTERAPIA EN LA USMC DE ÚBEDA?







¿CÓMO TRABAJAMOS CON LA TERAPIA DE GRUPO DE MINDFULNESS Y MUSICOTERAPIA?
(Ruiz y Pérez, 2015)

Partiendo de la práctica de mindfulness según el modelo de ACT y de la necesidad de facilitar estos estados de atención plena y defusión, realizamos experiencias que aúnan la práctica de mindfulness y musicoterapia receptiva o escucha activa de música.
Esta propuesta se ha dirigido principalmente, aunque no exclusivamente, a personas que sufren ansiedad y/o depresión y con problemas para afrontar los retos de la vida diaria, partiendo de una perspectiva terapéutica y de la consideración de que entre música y atención plena se establece una correspondencia positiva, incrementando y facilitando los efectos de ambas.
Como objetivos nos hemos propuesto:
·        Facilitar la práctica de la meditación con la ayuda de la musicoterapia receptiva.
·        Potenciar los efectos de ambas, cambiando la función paralizadora-evitadora de la ansiedad y la depresión en la vida de los clientes
·        Proporcionar recursos que ayuden a las personas a disminuir el poder  de  la ansiedad/depresión sobre las vidas de los clientes
·        Realizar una observación detallada de los cambios que se han producido en los/las participantes con la participación en las sesiones de mindfulness y musicoterapia receptiva, valorando sus efectos a partir de fichas de trabajo semanales sobre su direccción por valores y de los resultados de las distintas escalas que se pasaron en la primera sesión y en la última.
El grupo de participantes ha sido muy heterogéneo tanto en edad, sexo, nivel cultural como estatus social.
Los instrumentos utilizados han sido:
ü      Escala MAAS (Mindful Attention Awareness Scale; Brown y Ryan, 2003).
ü      Escala de depresión de Goldberg.
ü      Escala de Ansiedad de Golberg.
ü      Ficha de trabajo semanal sobre la dirección por valores no por malestares.
ü      Escala E.I.P  de Michel.
ü      Encuesta final sobre el cambio en los grupos.
La reunión del grupo se realizó en una sala del distrito sanitario de Úbeda. A esta terapia de grupo han sido convocadas 22 personas, a las que previamente se les ha explicado el trabajo a realizar basado en el entrenamiento de la meditación y la escucha activa de música o musicoterapia receptiva durante diez sesiones, una por semana de dos horas de duración.
En la sesión inicial, tras una breve presentación de todos/as los/las integrantes del grupo, se les presenta la metodología básica con la que vamos a trabajar comenzando por identificar y ponerles nombre a las radios mentales que aparecen en determinados momentos de malestar emocional, observándolas y despegarnos de ellas para volver a aquello que nos importa y valoramos. Para ello utilizamos dos métodos, la meditación y la musicoterapia. Se realizan varios ejercicios al respecto con todo el grupo y se les da una hoja de trabajo semanal que se mantendrá durante toda la terapia. También se les proporcionó a todos los participantes una tarjeta como recordatorio del trabajo con las radios mentales, además, se realizan varios cuestionarios para establecer una línea base de partida.
Se les entrega dos CDs con los audios de ambas prácticas y en cada sesión un material escrito relacionado con el tema a tratar más la hoja de registro semanal donde se les pide que a lo largo de la semana identifiquen tres momentos (si es que los hay) de presencia de las radios mentales, poniéndoles nombre, si han practicado o no mindfulness y/o musicoterapia con ellas y en que grado eso les ha reconducido en la dirección valorada (puntuando de 0 a 10).
En las sesiones siguientes se van introduciendo distintas prácticas de mindfulness y musicoterapia y se continua trabajando con las radios mentales sus tipos y consecuencias en relación a aquello que valoran las personas del grupo, y cuando surge alguna polémica sobre la razonabilidad o no de un argumento, se le devuelve la pregunta funcional: ¿a donde te conduce eso? ¿te acerca o te aleja de lo que tú valoras y te importa?. A veces utilizamos un pizarrón para anotar las respuestas del grupo listando los tipos de radios y sus consecuencias.
En esas sesiones posteriores se van trabajando aspectos como la atención a la respiración, la atención al presente, el despegue de la radios mentales (pensamientos, recuerdos, impulsos, estados anímicos…), la orientación a valores (por ejemplo metáfora de los terroristas), meditación de la compasión, meditación de las emociones y con diversos audios de música usada como referente de apertura y observación de las radios mentales sin tratar de evitarlas o suprimirlas, sino abriendo un espacio para su aceptación mientras nos movemos hacia lo que nos importa.
La primera experiencia al finalizar este tipo de grupo es de una alta satisfacción para los participantes con mejorías en la mayoría de los cuestionarios usados, así como en guiarse más por sus valores y no tanto por evitar ciertas experiencias.
Comparando los resultados entre el antes y el después de la sesiones, se puede apreciar disminución de los niveles de ansiedad y depresión (aunque ese no era el objetivo), especialmente en aquellas personas que han seguido las indicaciones y el ritmo planteado en este grupo. Además han cambiado a una mayor flexibilidad psicológica al estar mas orientado por valores que por evitaciones experienciales. Los participantes, como hemos dicho antes, han manifestado su satisfacción y la adquisición de herramientas para afrontar los problemas derivados de su estado de ansiedad y/o depresión y a prevenir su fusión a ellos, así el afrontamiento de los problemas de la vida cotidiana con más recursos.
Como conclusión podemos decir que la musicoterapia a través de la escucha activa facilita de forma eficaz la práctica de mindfulness, potenciando y acelerando sus efectos beneficiosos, con resultados positivos en los estados de estrés y ansiedad, así como una mejora sustancial en el estado de ánimo de los/las participantes; aunque reiteramos que el objetivo basico era cambiar la función de esos eventos en la vida de los participantes, aspecto en el que también se ha mejorado.

¿CÓMO TRABAJO CON LA TERAPIA DE GRUPO CENTRADA EN SOLUCIONES EN LA USMC DE ÚBEDA?


        Gráfico realizado por Jorge Ayala en su web:                       http://elterapeutaestupido.ayalajorge.com/
                                             

¿Cómo trabajo con Terapia de Grupo Centrada en Soluciones?
(Ruiz, 2014)
    El terapeuta se reúne  con un grupo de personas previamente seleccionadas con algún criterio de inclusión en ese grupo (en este caso diagnosticadas de problemas ansioso-depresivo) una vez a la semana durante dos horas, a lo largo de un número prefijado de sesiones, o de manera continua con altas e incorporaciones progresivas al grupo según vayan evolucionando o se produzcan algunos abandonos.
     Es habitual que bajo la óptica de la Terapia Centrada en Soluciones las personas que forman parte de un grupo, y mucha gente en su vida corriente, estén centradas en invertir esfuerzo y atención en cambiar determinados problemas a base de aplicar “secuencias lógicas” de acción socialmente compartidas que muchas veces suponen aplicar “más dosis” de lo mismo que previamente no ha funcionado, produciendo una escalada progresiva de problemas-intentos de solución que a la larga se convierte en perpetuadora de esos problemas (o como se dice en terapia estratégica “el problema es la solución aplicada”.
   Aunque muchas terapias estratégicas se centran en alterar esa circularidad (p.e Watzlawick Nardone…), la Terapia Centrada en Soluciones-TCS (De Shazer, Bellebach...) teniendo en cuenta esa posibilidad, introduce un elemento adicional esencial. Ese elemento adicional es que ningún problema es estático e invariable, y que todo problema tiene sus excepciones, ya sea porque se producen cambios en su frecuencia o intensidad, ya sea porque hay momentos en que no ocurre, etc.
   Usando esas “excepciones” a través del “lenguaje estratégico”, tanto en  la terapia individual, familiar o grupal se busca incrementar los recursos, el “empoderamiento”, las expectativas de autoeficacia o dominio de dificultades creando un contexto relacional de posibilidades más que centrado solamente en las dificultades. Por supuesto que el terapeuta escucha y está atento empáticamente al sufrimiento expresado, pero lenta e incisivamente, de manera respetuosa y sintonizando con el mundo o la lógica idiosincrática de sus clientes, va haciendo guiar los encuentros y conversaciones de la terapia hacia las posibilidades de devolver la confianza de superación de las dificultades a sus clientes.
   En las primeras sesiones de la TCS, y muchas veces, aún en sesiones posteriores el grupo suele estar centrado en sus dificultades, aunque también se detectan consejos y directrices de algunos de sus miembros que se escuchan atentamente y se ponen a circular en el grupo para que este valore la viabilidad  o no de las mismas sobre quienes se dirigen. Pero además de usar esos recursos del propio grupo el terapeuta usa el “lenguaje estratégico” para reforzar las capacidades  o recursos escondidos debajo  a veces de ansiedad, la ira, la frustración, el desánimo o el pesimismo. En ese camino de encontrar la confianza de los miembros del grupo será muy importante el apoyo y elogio que se den los miembros del grupo.
     Cada sesión del grupo tendrá dos momentos, una donde usaremos las preguntas y otro donde al final de la misma nos elogiaremos mutuamente y propondremos, cuando venga al caso, una tarea que durante la semana refuerce aún más los cambios que vayamos consiguiendo.
   En resumen usaremos para devolvernos la confianza en nosotros mismos, en nuestras capacidades tres métodos básicos:
(1)   Las preguntas estratégicas; (2) Los elogios y (3) Las tareas entre sesiones

   Buscaremos optimizar la eficiencia centrándonos en esas tres estrategias. Para ello en general, iremos observando tanto el grupo como un todo, como a sus miembros individuales, y aunque tengamos una secuencia prefijada de estrategias graduales a emplear en el grupo a la que podemos recurrir, usaremos un esquema estratégico general  común de guía en todas las sesiones.
   Ese esquema general consiste en las siguientes 4 opciones:
   1-Si el grupo como un todo o sus miembros individuales (según decidamos céntranos en uno u otro foco) refieren o manifiestan progresos visibles en las mismas sesiones que dependen de acciones personales que están parcial o totalmente bajo su control, aconsejaremos que estén atentos y o continúen haciendo más de lo mismo en esa línea.
   2-Si el grupo como un todo o sus miembros individuales (según decidamos céntranos en uno u otro foco) refieren o manifiestan progresos visibles en las mismas sesiones que no dependen de acciones personales sino de factores ajenos a ellos, por lo general solo aconsejaremos que estén atentos a esos momentos y descubran por si mismos que les ayuda a ello, sin pedirles ninguna tarea de acción.
  3-Si el grupo como un todo o sus miembros individuales según decidamos céntranos en uno u otro foco) no refieren o manifiestan progresos o cambios en sus vidas actuales ni siquiera de manera mínima, pero si son capaces de imaginar cómo sería su vida en el futuro, como si ocurriera el milagro de haber superado todos sus problemas, es decir es capaz de situarse en un escenario alternativo temporal; el terapeuta se centrará en pedir a los miembros en cuestión que presten atención o hagan cosas ya en su vida actual, de manera gradual, que les ponga en la dirección de ese escenario alternativo.
 4- Si el grupo como un todo o sus miembros individuales según decidamos céntranos en uno u otro foco) no refieren o manifiestan progresos o cambios en sus vidas actuales ni siquiera de manera mínima, y tampoco es capaz de imaginar un escenario alternativo más favorable; el terapeuta puede recurrir a múltiples estrategias (como las derivadas de la terapia narrativa y su “método de externalización de problemas”); pero en general usará las dos grandes posibilidades de la terapia centrada en el problema: O bien interrumpir la secuencia del problema-solución y/o introducir una prescripción que suponga un giro de 180 grados a las soluciones previas.
  Según el estilo del terapeuta el uso de los métodos estratégicos pueden exponerse de manera más psicopedagógica y directiva (estilo más educador) y/o bien usando lo que va apareciendo en las interacciones grupales en el aquí y ahora (estilo más facilitador) y cuestionando para generar posibilidades que devuelvan el poder  y la confianza a sus miembros; o usando uno u otro estilo según el momento del grupo.
   Las terapias estratégicas grupales derivadas de la teoría sistémica constructivista son menos usadas que las familiares o las individuales en los servicios públicos pero no por ello menos efectivas que otros enfoques de renombre. Su gran aportación es centrarse en los recursos y posibilidades de los clientes que bien ya tiene estos en sus vidas y que pasan desapercibidos o bien en generarlos en contextos de sufrimiento y malestar, cambiando el foco de los problemas a las posibilidades o excepciones.
  

                                                                               Juan José Ruiz Sánchez
                                                                       Psicólogo Clínico. USMC de Úbeda.
                                                                                    16-11-2014

¿CÓMO TRABAJO CON LA TERAPIA DE ACEPTACION Y COMPROMISO DE GRUPO EN LA USMC DE ÚBEDA?






¿Cómo trabajo con Terapia de Grupo de Aceptación y Compromiso (ACT)? (Ruiz, 2014)

Trabajo desde hace 3 años con ACT en grupos con  personas diagnosticadas  en el espectro ansioso-depresivo  (desde trastornos adaptativos a distimias)  en un servicio comunitario de salud mental. Los protocolos los adapto del formato individual usando los principales procesos del hexaflex , con metáforas, ejercicios experienciales y tareas para casa. También uso los factores comunes a los grupos (por ejemplo Yalom)   pongo en conexión a todo el grupo con el aquí y ahora y que están sintiendo en este momento, si sus "radios mentales" y sus "tendencias a evitar molestias", están actuando y cómo, etc. Creo que es mejor eso que reunir a un grupo y usar solo un estilo psicopedagógico, muy típico en la TCC (es decir mezclo lo que considero mejor de ACT con lo mejor de los factores comunes de Yalom). También dejo espacio para que comenten como le ha ido en la semana y si sus acciones se dirigen en la dirección de lo que consideran valioso (para eso veo muy útil preguntar  por escalas de progresos rápidas de 1 a 10 y al final del grupo preguntar: cosas del estilo siguiente: ¿qué me llevo hoy de esta sesión? y ¿qué puedo recordar que me ha sido  útil cuando esté solo/a la próxima vez que se presente el malestar?). También suelo proporcionar un cd con pistas de mindfulness y act para quién desee practicar más en casa. Una cosa que no suelo hacer  mucho, es un seguimiento y control de las tareas para casa; ¿por qué?...pues para no generar en demasía reglas pliances en el grupo, sino que realicen lo que realmente les funciona de lo aportado por el psicólogo y sus compañeros (más reglas tracking).
   Habitualmente se reúnen en el grupo de 5 a 10 personas que no se conocen entre sí y que han sido seleccionadas previamente por presentan determinados tipos de sintomatología o problemática (en este casos trastornos ansiosos-depresivos)  y muchas de ellas con medicación previa con una evolución irregular y no adecuada, o con seguimientos en el servicio mensuales debido a la presión asistencial. Se les explica en que consiste la terapia de grupo como alternativa al seguimiento habitual anteriormente referido y se les comenta la posibilidad de hacer terapia de grupo.
  Las primeras sesiones se suelen dedicar a compartir todo lo que han hecho hasta el momento para superar su “ansiedad y depresión”; y que habitualmente suponen maniobras de evitación experiencial guiadas por reglas a las que están fusionadas que conllevan repeticiones frecuentes de estrategias que conllevan circular en acciones y consecuencias disfuncionales. Para ello en estas primeras fases se introduce al grupo en los conceptos de evitación experiencial y fusión cognitiva, usando un lenguaje sencillo, usando con profusión las metáforas más que las explicaciones e intercambiando entre si sus experiencias de manejo reiterativo donde cortan la mala hierba de la depresión o la ansiedad y esta vuelve de nuevo a brotar (uso de la “desesperanza creativa” de la ACT).  El terapeuta hace circular y poner en común las experiencias de desesperanza creativa. Igualmente se usan ejercicios experienciales aquí y ahora de la sesión para comprobar in situ como les funcionan las cosas que hacen.
   A través de distintos ejercicios experienciales, metáforas y circulaciones y puestas en común de las personas del grupo vamos tratando  de introducir mayor flexibilidad psicológica; de modo que la conducta de la persona no esté tan regida y centrada en evitar las experiencias de malestar, sobre todo aquellas que les apartan de las direcciones de su vida que para ellas son valiosas; sino precisamente orientadas hacia estas actividades valiosas, aunque conlleven abrirse a esas experiencias  evitadas (aceptación), comprometiéndose en actividades en esa direcciones (compromiso).
   Es importante destacar que el terapeuta adapta la terapia ACT  a su estilo personal y no a un protocolo rígido, pues eso conllevaría introducir  unas “reglas  fijas sobre el buen hacer” que pueden generar inflexibilidad por alejamiento de la experiencia real de como acontecen las cosas. Este puede observar al grupo como un todo, y/o a cada uno de sus miembros y usando como guía el Hexaflex (los seis procesos que conllevan flexibilidad-inflexibiliad psicológica) adaptarlos a lo que acontece en el aquí y ahora del grupo y sus miembros y si están actuando determinados procesos con más predominio que otros. Eso conlleva  estar atento a lo que sucede, a las consecuencias en el grupo de lo que se trata y trabaja (“conducta regida por las contingencias) y como muchas veces las reglas verbales que usan todos los miembros del grupo y el propio terapeuta (“conducta regida por las reglas”) sobre lo que es correcto, razonable, adecuado, etc, puede entorpecer una mayor flexibilidad de una vida guiada por los valores personales de cada uno de sus miembros.
   En suma, cada grupo y su evolución en esos seis procesos  y las estrategias de evitación experiencial predominantes en cada uno (por ejemplo la abundancia de evitación experiencial,  la fusión cognitiva, el alejamiento del presente del aquí y ahora, las historias repetitivas vinculadas al “yo soy así”, el desapego a los  valores o la falta de compromiso) hará que en cada momento del grupo se incida más o menos en uno de esos aspectos. Ese conocimiento no deriva fundamentalmente de la psicopatología de su grupo-tipo (aunque se tiene en cuenta), sino sobre los procesos de inflexibilidad psicológica que emergen en estos grupos con estas personas en relación.
   Igualmente el terapeuta tiene en cuenta la incidencia de la propia experiencia del grupo en el mismo y de este sobre aquel (usando también sus conocimientos de la psicoterapia analítica funcional de la misma órbita que ACT) para flexibilizar su conducta y estimular al grupo en esa dirección.
                                                                               Juan José Ruiz Sánchez
                                                                       Psicólogo Clínico. USMC de Úbeda.
                                                                                    19-11-2014