ANSIEDAD ANTE EL
CORONAVIRUS. UNA PERSPECTIVA ADLERIANA
(Juan José Ruiz Sánchez,
con los aportes previos de Antonio M. Quesada Portero. 4-4-2020
1. EXPERIMENTAR ANSIEDAD
Y SENTIMIENTO DE INFERIORIDAD ANTE AMENAZAS REALES ES UNA RESPUESTA NORMAL,
NATURAL Y ADAPTATIVA
Todos los seres humanos estamos expuestos y también limitados en nuestras capacidades
para afrontar diversos acontecimientos de la vida.
Nadie está totalmente preparado para vérselas con
adversidades de la vida como la muerte de un ser querido, la ruina económica, el
desempleo, la carencia de las necesidades más básicas para subsistir o la
propia enfermedad grave.
Todo este conjunto de eventos
externos o exógenos y circunstancias de la vida nos produce una amenaza
real a nuestra persona, nuestra estima personal y nuestros intereses y valores
más legítimos que nos provoca unos sentimientos de incapacidad, limitación y
dificultad que Alfred Adler llamó (1927,
1933a, 1933b) “sentimiento de
inferioridad”.
Los sentimientos de inferioridad son perfectamente naturales
y normales e indican algo que también
los partidarios de la autocompasión
meditativa del mindfulness capta
perfectamente (p.e Neff, 2012) cuando afirma que pasaremos por momentos de
sufrimiento, que todos los seres sufrimos (y eso nos puede conectar entre sí) y
que es mejor seamos amables con nosotros mismo ante esto, y por extensión con
los otros.
En estos días
asistimos virtualmente o directamente a la pandemia del coronavirus –Covid 19 y
ya sea mediante la información online, televisión, teléfono móvil o por que
algún familiar o conocido cercano ha
sido infectado o incluso ha fallecido por ello, experimentamos temor, ansiedad,
tristeza, rabia; etc; sentimientos perfectamente normales ante una amenaza real
que puede afectarnos, o ya ha afectado a nosotros mismos, nuestros seres queridos
o a las personas en general.
Dicho de manera reiterada, experimentar ansiedad, sentimientos de inferioridad ante esta
amenaza es algo perfectamente normal y natural, e incluso adaptativo, ya que nos empuja emocionalmente a responder a esta
amenaza real.
¿Entonces cuando los psicólogos u otros profesionales nos
proponen manejar la ansiedad ante esta pandemia están fomentando algo
inadecuado?
Pues depende. Habitualmente se entiende desde la perspectiva
psicopatológica tradicional que cuando
la ansiedad es excesiva y se expresa en forma obsesiva, fóbica, hipervigilante,
somatizada con activación excesiva de las respuestas fisiológicas (p.e
respuestas de pánico), o revivida tras eventos amenazantes a la propia vida o
los intereses más personales (traumática)
puede ser problemática.
Pero con buen criterio esta perspectiva apunta también que no basta con la intensidad de la ansiedad
ni siquiera su forma de expresión apuntada sino que hace falta además un
segundo criterio, la funcionalidad de la
persona. Es decir como interfiere esas ansiedad en el ajuste psicosocial de
esta persona, o mejor dicho, como responde la persona a esta ansiedad con sus propios recursos y con los que tiene
o carece en su red de apoyo social.
En este aspecto, Adler llamó “tareas de la vida” a diferentes aspectos o áreas de la vida que
son comunes para todas las personas y que se relacionan con la funcionalidad
apuntada anteriormente. Entiende que las
personas vivimos la vida siempre en contexto
social y que nuestros problemas siempre se relacionan (aún los problemas
médicos u orgánicos) con cómo nos relacionamos los unos con los otros.
En este orden de
cosas, el cómo nos relacionamos los humanos entre sí (hombres y mujeres, con
independencia de la orientación de género) a la hora de conformar parejas, el
cómo nos relacionamos en nuestras actividades de trabajo u ocupación con
nuestros compañeros o colegas y el cómo nos relacionamos con otras personas
socialmente, va a dar un determinado
sentido a la vida de cada cuál, y también sentido u orientación específica a
como afrontamos, en este caso, la crisis del coronavirus.
En este ámbito de las tareas de la vida es como una persona
encuentra o no lo hace más o menos sentido
o valor a su vida. Y es notorio que este aspecto haya sido resaltado, desde
otras perspectivas, como las llamadas terapias conductuales contextuales de
tercera generación (p.e Steven Hayes, 2020) o la logoterapia (Frankl, 2008).
Muchas veces las distintas escuelas de la psicología se
postulan como las más adecuadas o verdaderas, sin considerar que no están solas
y hay otras perspectivas que la pueden enriquecer mutuamente.
Esta crisis va a poner en juego los valores de cada uno, y
como estos nos orientan ante esta amenaza actuando de distinta manera.
2. ESTILO DE VIDA Y
RESPUESTA A LA AMENAZA AL CORONAVIRUS: DEL EGOCENTRISMO AL SENTIMIENTO DE
COMUNIDAD O INTERÉS SOCIAL
Igualmente Adler postula que cada persona se orienta en la
vida de manera organizada y en totalidad mediante un propósito personal en gran
parte inconsciente o inadvertido que se desarrolla en gran parte en los primeros
años de la vida infantil, aunque
posteriormente puede ser clarificado y modificado tanto por diversas
circunstancias de la vida como por la ayuda del tratamiento psicológico. A esto
le llamó Adler, Estilo de Vida.
Respecto a las circunstancias de la vida que en mayor grado
pueden modificar esa orientación personal destacan en especial dos de ellas:
los grandes fracasos o decepciones en la
vida y el encuentro con otras
personas con las que tenemos que relacionarnos.
Efectivamente, como dicen los conductistas radicales (y los
adlerianos), nuestras acciones tienen una función o propósito y unos efectos o
consecuencias en la vida para nosotros mismos y para quien se relaciona con
nosotros.
En cierto modo la psicología se ocupa de los que nos hacemos los unos a los otros y a nosotros mismos a lo largo
de la vida.
Cuando nos encontramos con el agua al cuello, cuando todos
nuestros esfuerzos, inversiones y proyectos se han ido al traste el propósito
del estilo de vida puede cambiar y reorientarse de otra manera. Toda la
organización de nuestra conducta personal en su aspecto más genérico “se extingue”. Esto genera una nueva
oportunidad para desplegar repertorios de acción diferentes.
Ahora bien, cada persona tiene detrás una historia personal
de experiencias y reglas aprendidas previas de cómo ha de vivir y orientar su
vida, aunque no sea consciente de ellas.
En gran parte mediante las diferentes instancias de educación
y poder-control social (familia,
escuela, estado, religión, sistema de control legal, instancias sanitarias,
etc) como diría Skinner (1953) el padre del conductismo radical la conducta de
las personas adquieren forma y propósito, aunque queda la opción de contra-controlar esas influencias, mediante el autocontrol y la
ayuda de otros y empoderar a las personas.
La psicología adleriana en este aspecto es coincidente cuando
habla de la psicología de la posesión,
lo que la persona tiene aprendido, sus hábitos, sus rasgos, temperamento, etc.;
y como esta es diferente a la psicología del uso o sea a como usa
todo esto en su vida cuando es consciente de los efectos y propósitos de estas
acciones o hábitos (Ansbacher y Ansbacher, 1959).
En general y debido en gran parte a la educación de la preparación
para la convivencia y cooperación para la vida social y al uso posterior que hacemos de esta, las
personas en general podemos estar orientadas en la vida (muchas veces de manera
inconsciente o inadvertida) de manera más egocéntrica y centradas más y casi
exclusivamente en nuestros interés personal o bien más orientada hacia la
cooperación con otros, sin olvidar también nuestro interés personal.
Es más, las situaciones amenazantes como la actual del coronavirus como se suele
decir, “saca lo peor y lo menor de las
personas”.
Para los adlerianos (como para los conductistas radicales) cualquier respuesta que demos a la amenaza
del coronavirus tiene una función o un propósito, un para qué, sea este
advertido o no por la propia persona.
En la concepción adleriana las respuestas ante la ansiedad,
reflejan aspectos del estilo de vida con determinados propósitos inconscientes
mayormente.
Los síntomas o respuestas a la ansiedad pueden conllevar,
cuando se excede el natural sentimiento de inferioridad a ser usados por el
individuo como apaños para crear
inconscientemente distancias con sus tareas de la vida. Cuando el individuo
percibe una amenaza a su estima personal y este no se siente preparado para
afrontarla en cooperación so esta es excesiva a sus propios recursos personales
despliega inconscientemente sus síntomas o respuestas de ansiedad donde puede
sentirse fracasado o derrotado. Estos síntomas se convierten en una excusa
(inconsciente, ellos mismo no se dan cuenta de este propósito) para demorar
actividades, poner distancia con ellas y justificarlas conscientemente después
por el malestar experimentado.
Pero ojo, seamos muy
cautos con la hipótesis adleriana previa. Solo es potencialmente válida
cuando aparece una dificultad asociada en el interés social. Es decir la
persona no está interesada por los otros, o bien usa un aparente interés social
para elevar su propio ego exclusivamente.
Como se ha mencionado antes los grandes problemas de la
humanidad, desde la perspectiva adleriana
y también desde la conductista radical ( p.e Kester Carrara, 2018)
requieren de soluciones compartidas en cooperación.
Una amenaza de tan grandes proporciones que afecta
a todo el planeta requiere de la cooperación
de los gobiernos más que de la lucha por llevarse más mascarillas y equipos
para su propio país; dado que si es así el resto sigue desprotegido y con
riesgo de infectar a los protegidos; o bien a levantar barreras, fronteras
excesivas, etc; que ahoguen el intercambio comercial, etc; y produzca u colapso
mundial.
También nos afecta a todos a nivel personal y a las personas
con las que convivimos y requiere de un esfuerzo de cooperación que se inicia
en el confinamiento en casa para los
que pueden hacerlo, pero que no acaba ni se reduce solo a esto, ni tan solo a las medidas de protección, sino también
a la cooperación con los otros, en especial con las personas más expuesta a la infección (sanitarios,
transportistas, fuerzas de seguridad, personal de comercios alimentarios; etc.)
y a las más expuestas a la marginación
como las personas sin techo y todo el contingente venidero de más parados y
negocios cerrados que se nos viene encima y nos va a afectar a todos.
Por supuesto que debemos y tenemos que exigir respuestas
políticas a esta situación actual y venidera, pero esto no nos exime de
nuestras propias responsabilidades personales con los más cercanos, cada uno
según sus posibilidades y circunstancias. Todo esto ya nos está poniendo a prueba a todos, y nos va a seguir exigiendo que
respondamos de una u otra manera.
3. CÓMO
RESPONDEMOS A ESTA AMENAZA DESDE NUESTRO
ESTILO DE VIDA
El siguiente es solo un cuestionario orientativo y
aproximativo. No es una escala validada si quiera, tan solo aporta una
información general para que usted ajuste mejor sus respuestas ante la amenaza
del covid-19 en un sentido de mayor interés social. Es una adaptación del
original realizado por Antonio Miguel Quesada llamado “Cuestionario sobre el
sentimiento de Comunidad” (Quesada, 2003) expuesto en el libro “Estilos de
Vida” (Ruiz, Oberst y Quesada, 2006).
CUESTIONARIO SOBRE SENTIMIENTO DE COMUNIDAD ANTE EL COVID-19
Utilice la siguiente escala para
responder a las preguntas:
0
|
1
|
2
|
3
|
Nunca
|
A veces
|
A menudo
|
Casi siempre
|
1.Cuando tengo que hacer un juicio sobre los
responsables del gobierno ante esta crisis “intento meterme en su piel”, ver
las cosas desde su perspectiva
|
|
2.Me cuesta bastante trabajo entender como la
gente tiene diferentes puntos de vista ante esta crisis del coronavirus que son distintos al mío
|
|
3.Cuando los medios de comunicación informan de
algún suceso trágico del coronavirus no puedo evitar que me afecte, aunque
sea un poco
|
|
4.La vida es dura para todos con esta situación
del coronavirus, yo voy a lo mío, no me interesa lo que le ocurra a mi vecino
|
|
5.Soy miembro de alguna asociación que ayuda en
esta crisis del coronavirus
|
|
6.A parte de lo que me interesa personalmente me
da igual como marche mi empresa o grupo en esta crisis
|
|
7.Me gusta haber nacido en el sitio donde he
nacido aunque haya sido afectado por el coronavirus
|
|
8.Veo algo sin sentido buscar información sobre
mis antepasados mayores y mi familia en esta crisis
|
|
9.Me gusta trabajar en equipo en esta crisis
aunque sea con mi familia o compañeros
|
|
10.Cuando tengo que hacer alguna tarea en esta situación
del coronavirus no me agrada que otras personas me den sus opiniones de cómo
hacerla ya que me lían o desorientan
|
|
11.Considero que la colaboración es importante
para sacar adelante esta crisis
|
|
12.Dejémosnos de historias en esta crisis es
mejor hacer las cosas uno solo que trabajar en colaboración, ya que se
quedaran las cosas sin hacer si buscamos ayudarnos unos a otros
|
|
13. Ser consciente de que todos los seres humanos
estamos afectados por este crisis es importante para mí, sin importar su origen
o condición social.
|
|
14. Si por desgracia otras personas son afectadas
por el coronavirus en su salud o economía, yo nada puedo hacer al respecto,
por lo que mejor centrarme solo en lo mío
|
|
15.En la medida de lo posible intento ayudar a
otras personas que lo están pasando mal en esta crisis
|
|
16. La vida es dura antes y ahora con el
coronavirus, lo mejor es no ser ingenuo y mirar por el propio interés si no
quieres que los demás de arrebaten lo tuyo
|
|
17. Realmente no comparto como otras personas se esfuerzan
en imponerse y destacar ante otros en esta crisis en vez de colaborar entre
todos
|
|
18. Me gusta mandar sobre otras personas y que en
esta crisis se haga caso de mi criterio
|
|
19. A la hora de tomar decisiones importantes en esta crisis hay que contar
con las opiniones de las otras personas
|
|
20. Solo
si yo tomo las riendas en esta crisis sin contar con otros me va a ir las
cosas mejor
|
Interpretación:
Sumar los pares
|
2
( )
|
4
( )
|
6
( )
|
8
( )
|
10
( )
|
12
( )
|
14
( )
|
16
( )
|
18
( )
|
20
( )
|
TOTAL (
)
|
Sumar los impares
|
1
( )
|
3
( )
|
5
( )
|
7
( )
|
9
( )
|
11
( )
|
13
( )
|
15
( )
|
17
( )
|
19
(
|
TOTAL (
)
|
Restar los impares a los pares =
Puntuación
negativa o igual a 0
|
Sentimiento de
comunidad muy poco desarrollado
|
Puntuación entre 1
y 10
|
Sentimiento de
comunidad poco desarrollado
|
Puntuación entre
11 y 15
|
Sentimiento de
comunidad algo desarrollado
|
Puntuación entre
16 y 20
|
Sentimiento de
comunidad bastante desarrollado
|
Puntuación
superior a 20
|
Sentimiento de
comunidad muy desarrollado
|
4. CÓMO ESTIMULAR
NUESTRO INTERÉS SOCIAL
En este apartado seguimos las recomendaciones adlerianas
sacadas del libro de Ruiz, Oberst y Quesada (2006) del cual presentamos los
siguientes esquemas que hemos adaptado a este artículo:
4.1) LA EMPATÍA:
La empatía o
capacidad de identificarse con alguien implica poder dejar de centrar la
atención en nosotros mismos e intentar, en palabras de Adler, “ver con los ojos
de otro, oír con los oídos de otro y sentir con el corazón de otro”. Gracias a
ella podemos comprender al prójimo, valorarlo, respetarlo y aceptarlo,
construyéndose así una benevolencia recíproca que abona el terreno para el
bienestar colectivo.
Ejercicios para aumentar la empatía:
a)
Para ponerse en el lugar de otra persona, lo primero
es cultivar una actitud sensible hacia los pensamientos y
sentimientos de ella. Así, interésate, observa con más detenimiento
a la gente con la que convives (familiares, compañeros de trabajo, vecinos,
conocidos…), y mientras lo haces, pregúntate: ¿qué comunican sobre su mundo
interior, verbalmente (con el contenido de sus palabras, con el tono de su voz)
y con sus gestos (postura corporal, movimientos de las manos, expresión de la
cara)?
. Si estas en casa confinado observa el lenguaje no verbal de los
dirigentes políticos, de las familias o presiónales que entrevistan, etc.
b)
Busca activamente acercarte a los
demás, comunicarte con ellos para conocer sus asuntos, sus
estados de ánimo, mostrándoles que te resultan importantes. Elige para ello la
ocasión y el momento propicio (no cuando hay prisas, ruido...) Así, al
despertarte por la mañana, si vives en pareja, ¿le das los buenos días y tienes
un gesto de acercamiento? Si tienes hijos, ¿cada cuánto te interesas por sus
cosas, por cómo les va? ¿de vez en cuando hablas con ese compañero/a de
trabajo, con ese conocido, con ese amigo, sobre sus asuntos?. Puedes usar la
vía online en estos casos dado que por ahora el contacto directo fuera de casa
no es adecuado por el riesgo al contagio.
c)
En las conversaciones, prueba a adoptar una actitud de
escucha activa, transmitiendo así a la otra persona que deseas que siga
comunicándose contigo. Esto se logra así:
-
toma contacto visual con el interlocutor,
míralo a los ojos (sin exageraciones llamativas). Esto es fundamental para que
“conectéis” (con tus familiares u online si dispones de videocámara)
-
corporalmente, indícale
que sintonizas con lo que te dice: asientes con la cabeza, haces gestos con las
manos, tu rostro tiene una expresión de interés, etc.
-
refleja lo escuchado: muestra
que has entendido lo que te han dicho, repitiéndolo o resumiéndolo con tus
propias palabras (por ejemplo, “así que te dio a entender que ya no le
interesaba tu propuesta”)
-
realiza preguntas al hilo de la conversación
(¡sin que sea un interrogatorio!: tú también dices cosas tuyas, te
autorrevelas)
-
haz comentarios sobre lo
que te dice (“me alegra que confíes es mí y me digas eso”), mostrando
consideración por su manera de ver y/o sentir las cosas, aunque no la compartas
(“así que crees eso... bueno, por supuesto que respeto tu postura, aunque yo no
lo veo así, pues. ”)
-
al final de la conversación, manifiesta que te ha
agradado que la otra persona comparta contigo su mundo interior (“ me
alegra el que confíes en mí y me hayas contado todo eso”)
d)
Sé consciente de los obstáculos que dificultan
establecer esa relación empática, como las respuestas con monosílabos o el
cansancio, las prisas, las preocupaciones, que te centran en ti y dificultan el
contacto con los demás. Por ejemplo, cuando llegas a casa tras una jornada
laboral agotadora, ¿cuántas veces evades el contacto con las personas con las
que convives y te encierras en tu interior, cavilando, rumiando cosas mientras
ves la televisión, haces la comida o lees el periódico? ¿Puedes actuar de otra
forma? ¿Qué cambiaría? Pruébalo.
e)
Si alguien desea hablar contigo cuando no es el momento oportuno,
exprésaselo con
tacto:
“disculpa, pero ahora no puedo pararme a conversar, que me van a cerrar la
tienda... luego te llamo y hablamos tranquilamente, ¿vale?”.
Recuerda:
Esta capacidad
de “ver con los ojos de otro” nos posibilita tener amistades, comprender a los
demás, amar, etc. ¡Ponerse en el lugar del otro es muy útil hasta en los
negocios!: así puedes intentar ver las cosas como lo hace el cliente, por
ejemplo.
4.2) EL SENTIMIENTO DE PERTENENCIA:
También
forma parte del Sentimiento de Comunidad el sentimiento de pertenencia:
pertenencia a una familia, a un grupo, de formar parte de la humanidad, de que
lo que tiene que ver con ella nos afecta.
Ejercicios para aumentar el
sentimiento de pertenencia:
a)
Piensa sobre tus “raíces” familiares, en tu
árbol genealógico: lo que te han contado, lo que conoces de tus antepasados, de
tus bisabuelos, tus abuelos, tus padres, tus tíos, etc.: ¿tienen rasgos en
común? ¿alguna característica psicológica, algún tipo de oficio, de actitud
ante la vida, ante determinados problemas o circunstancias? Y ahora, piensa en
ti: ¿compartes algo con ellos? ¿hay alguna continuidad?
b)
Ahora, ve con la mente a la localidad (comarca,
nación...) en que has nacido, y los sitios donde has vivido y que te han
influido: ¿qué sabes sobre sus gentes, su historia, sus calles, sus lugares
interesantes? ¿te sientes unido a ellos? ¿qué cosas tuyas han tenido o tienen
la marca de esos lugares: costumbres, detalles de la vida cotidiana, actitudes,
etc.? ¿te identificas con los tópicos que circulan sobre esos sitios? ¿te gusta
el acento de su habla?
c)
Respecto a la profesión que tienes, ¿te
identificas con ella? ¿qué normas y valores de tu oficio son importantes para
ti? ¿perteneces a alguna asociación profesional?
d)
Hazte las mismas preguntas respecto a otras
asociaciones culturales, deportivas, políticas, sindicales, religiosas,
etc. a las que pertenezcas o hayas pertenecido.
Recuerda:
El
Sentimiento de Comunidad es abrirse, interesarse por los otros, por la
sociedad, desde la situación de uno. Todo lo contrario del “chauvinismo”, de la
visión provinciana, del corporativismo egoísta.
4.3) LA COOPERACIÓN:
Otro aspecto
fundamental del Sentimiento de Comunidad es la cooperación, la
posibilidad de varias personas de obrar conjuntamente para lograr un mismo
objetivo. Implica confiar en los otros y a la vez saber que ellos se fían de
uno, pues se está embarcado en la misma empresa. El hombre como especie tiene
un equipamiento biológico para sobrevivir bastante precario, y sólo gracias al
agrupamiento, a la colaboración de unos con otros, a la división del trabajo,
pudo vencer en la lucha por la vida. Hoy, la cooperación sigue siendo un factor
necesario para que la sociedad siga progresando.
Ejercicios para aumentar la
cooperación:
a)
Reflexiona: ¿en qué áreas tienes objetivos comunes
y colaboras con los demás (en las tareas domésticas, en tu trabajo, en
asociaciones de cualquier tipo...)? ¿Qué emociones compartís al respecto? ¿Hay
ayuda mutua, compromiso por tu parte y por la de ellos?
b)
¿Realmente cuando cooperas la meta común te importa más que la tuya
propia, que tus intereses? Aunque tengas tus opiniones, tu manera de hacer las
cosas, ¿prevalece
siempre lo
mejor para el grupo? ¿Podría mejorarse de alguna manera el ambiente cooperativo en esas tareas que compartes con
otros?
Recuerda:
Cuando
cooperamos, la meta, el interés común ha de importar más que tus metas, tus
intereses personales, tu manera particular de hacer las cosas. Si el grupo
gana, tú ganas.
4.4) LA SOLIDARIDAD:
La
solidaridad, el compartir y comprometerse con la causa de otra persona o
colectivo, es otro ingrediente del Sentimiento de Comunidad. Es una
manifestación de amor al prójimo.
Ejercicios para aumentar la
solidaridad:
a)
¿Te consideras una persona solidaria? ¿Te interesas
activamente por estar informado respecto a la situación de colectivos que
necesitan ayuda, como inmigrantes, marginados, etc.? Si tienes hijos, ¿te
preocupas o has preocupado de enseñarles, de alguna u otra manera, que deben de
ser conscientes de las desigualdades e injusticias que hay?
b)
¿Colaboras económicamente con alguna causa
altruista? ¿Has participado en campañas de recogida de ayuda de emergencia?
¿Has realizado acciones en pro de colectivos que necesitan ayuda, firmando
manifiestos, remitiendo cartas, comprando
publicaciones,
manifestándote? ¿Estás afiliado o colaboras con alguna organización de tipo
solidario?
c)
¿Te planteas las repercusiones
sociales y ecológicas de tus acciones, del consumo de bienes
que realizas? ¿De alguna manera esta reflexión influye en tus conductas?
Recuerda:
Ser
solidario es saber ser generoso, dar, darse a los demás. Es saber que lo que
hacemos influye en la situación de otros, y que “siempre puede hacerse algo”
para mejorar las cosas. Y cuanto más se compromete uno, más se desarrolla como
persona.
Si te das cuenta los ejercicios tienen dos aspectos:
(1) Primero, tomar conciencia de tu
sentimiento de comunidad, darte cuenta
de cómo funcionas no solo por el cuestionario, sino por las preguntas que se te
hacen.
(2) Implicarte en acciones comprometidas actuando
de otra manera si es el caso hacia una mayor cooperación con otros.
Medidas más específicas que
combinaran la educación y el refuerzo social de prácticas educativas y sociales
centradas en la cooperación también serían necesarias para ir un paso más allá
que solo el llamamiento a la responsabilidad personal, por significativa que
sea esta, que lo es y más en este contexto
5. APUNTES BIBLIOGRÁFICOS:
Adler, A.
-Conocimiento del
hombre. Espasa-Calpe S.A. Madrid. 1973 (original 1927)
-Comprender la vida. Paidós. Barcelona. 1999 (original
1933a)
-El sentido de la vida. Espasa-Calpe S.A. Madrid, 1975
(original, 1933b)
Ansbacher, H.I y Ansbacher, R.R. La Psicología Individual de Alfred Adler. Troquel, 1959
Carrara, K. Entrevista. Kester carrara fala sobre Abnalise do Comportamento e politicas públicas. 2018
Frankl. V.E. El sentido
de la vida. Plataforma Editorial. 2008
Hayes, S. Una mente
liberada. La guía esencial de la Terapia de Aceptación y Compromiso.
Paidós. Barcelona, 2020
Neff, K. Se amable
contigo mismo: el arte de la compasión hacia uno mismo. Paidós, Barcelona, 2012
Ruiz, J.J; Oberst, U. y Quesada, A.M. Estilo de Vida. El sentido y el equilibrio según la psicología
adleriana. Paidós. 2006
Ruiz, J.J. Psicoterapia
conductual adleriana. Lulú Ediciones, 2017
Skinner, B.F. Ciencia y
conducta humana. Editorial Fontanella. Barcelona, 1977 (original de 1953).
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