sábado, 4 de abril de 2020

ANSIEDAD ANTE EL CORONAVIRUS. UNA PERSPECTIVA ADLERIANA (RUIZ Y QUESADA, 4-4-2020)






ANSIEDAD ANTE EL CORONAVIRUS.  UNA PERSPECTIVA ADLERIANA

(Juan José Ruiz Sánchez, con los aportes previos de Antonio M. Quesada Portero. 4-4-2020



1. EXPERIMENTAR ANSIEDAD Y SENTIMIENTO DE INFERIORIDAD ANTE AMENAZAS REALES ES UNA RESPUESTA NORMAL, NATURAL Y ADAPTATIVA

Todos los seres humanos estamos expuestos y  también limitados en nuestras capacidades para afrontar diversos acontecimientos de la vida.

Nadie está totalmente preparado para vérselas con adversidades de la vida como la muerte de un ser querido, la ruina económica, el desempleo, la carencia de las necesidades más básicas para subsistir o la propia enfermedad grave.

Todo este conjunto de eventos  externos o exógenos y circunstancias de la vida nos produce una amenaza real a nuestra persona, nuestra estima personal y nuestros intereses y valores más legítimos que nos provoca unos sentimientos de incapacidad, limitación y dificultad que Alfred Adler llamó  (1927, 1933a, 1933b) “sentimiento de inferioridad”.

Los sentimientos de inferioridad son perfectamente naturales y  normales e indican algo que también los partidarios de la autocompasión meditativa del mindfulness capta perfectamente (p.e Neff, 2012) cuando afirma que pasaremos por momentos de sufrimiento, que todos los seres sufrimos (y eso nos puede conectar entre sí) y que es mejor seamos amables con nosotros mismo ante esto, y por extensión con los  otros.

En  estos días asistimos virtualmente o directamente a la pandemia del coronavirus –Covid 19 y ya sea mediante la información online, televisión, teléfono móvil o por que algún familiar o conocido  cercano ha sido infectado o incluso ha fallecido por ello, experimentamos temor, ansiedad, tristeza, rabia; etc; sentimientos perfectamente normales ante una amenaza real que puede afectarnos, o ya ha afectado a nosotros mismos, nuestros seres queridos o a las personas en general.

Dicho de manera reiterada, experimentar ansiedad,  sentimientos de inferioridad ante esta amenaza es algo perfectamente normal y natural, e incluso adaptativo, ya que nos empuja emocionalmente a responder a esta amenaza real.

¿Entonces cuando los psicólogos u otros profesionales nos proponen manejar la ansiedad ante esta pandemia están fomentando algo inadecuado?

Pues depende. Habitualmente se entiende desde la perspectiva psicopatológica  tradicional que cuando la ansiedad es excesiva y se expresa en forma obsesiva, fóbica, hipervigilante, somatizada con activación excesiva de las respuestas fisiológicas (p.e respuestas de pánico), o revivida tras eventos amenazantes a la propia vida o los intereses más personales (traumática)  puede ser problemática.

Pero con buen criterio esta perspectiva apunta también que no basta con la intensidad de la ansiedad ni siquiera su forma de expresión apuntada sino que hace falta además un segundo criterio, la funcionalidad de la persona. Es decir como interfiere esas ansiedad en el ajuste psicosocial de esta persona, o mejor dicho, como responde la persona a esta ansiedad con sus propios recursos y con los que tiene o carece en su red de apoyo social.

En este aspecto, Adler llamó “tareas de la vida” a diferentes aspectos o áreas de la vida que son comunes para todas las personas y que se relacionan con la funcionalidad apuntada anteriormente.  Entiende que las personas vivimos la vida siempre en contexto social y que nuestros problemas siempre se relacionan (aún los problemas médicos u orgánicos) con cómo nos relacionamos los unos con los otros.

En  este orden de cosas, el cómo nos relacionamos los humanos entre sí (hombres y mujeres, con independencia de la orientación de género) a la hora de conformar parejas, el cómo nos relacionamos en nuestras actividades de trabajo u ocupación con nuestros compañeros o colegas y el cómo nos relacionamos con otras personas socialmente, va  a dar un determinado sentido a la vida de cada cuál, y también sentido u orientación específica a como afrontamos, en este caso, la crisis del coronavirus.

En este ámbito de las tareas de la vida es como una persona encuentra o no lo hace más o menos sentido o valor a su vida. Y es notorio que este aspecto haya sido resaltado, desde otras perspectivas, como las llamadas terapias conductuales contextuales de tercera generación (p.e Steven Hayes, 2020) o la logoterapia (Frankl, 2008).

Muchas veces las distintas escuelas de la psicología se postulan como las más adecuadas o verdaderas, sin considerar que no están solas y hay otras perspectivas que la pueden enriquecer mutuamente.

Esta crisis va a poner en juego los valores de cada uno, y como estos nos orientan ante esta amenaza actuando de distinta manera.

2. ESTILO DE VIDA Y RESPUESTA A LA AMENAZA AL CORONAVIRUS: DEL EGOCENTRISMO AL SENTIMIENTO DE COMUNIDAD O INTERÉS SOCIAL



Igualmente Adler postula que cada persona se orienta en la vida de manera organizada y en totalidad mediante un propósito personal en gran parte inconsciente o inadvertido que se desarrolla en gran parte en los primeros años de la vida infantil, aunque  posteriormente puede ser clarificado y modificado tanto por diversas circunstancias de la vida como por la ayuda del tratamiento psicológico. A esto le llamó Adler, Estilo de Vida.

Respecto a las circunstancias de la vida que en mayor grado pueden modificar esa orientación personal destacan en especial dos de ellas: los grandes fracasos o decepciones en la vida y el encuentro con otras personas con las que tenemos que relacionarnos.

Efectivamente, como dicen los conductistas radicales (y los adlerianos), nuestras acciones tienen una función o propósito y unos efectos o consecuencias en la vida para nosotros mismos y para quien se relaciona con nosotros.

En cierto modo la psicología se ocupa de los que nos hacemos los unos a los otros y a nosotros mismos a lo largo de la vida.

Cuando nos encontramos con el agua al cuello, cuando todos nuestros esfuerzos, inversiones y proyectos se han ido al traste el propósito del estilo de vida puede cambiar y reorientarse de otra manera. Toda la organización de nuestra conducta personal en su aspecto más genérico “se extingue”. Esto genera una nueva oportunidad para desplegar repertorios de acción diferentes.

Ahora bien, cada persona tiene detrás una historia personal de experiencias y reglas aprendidas previas de cómo ha de vivir y orientar su vida, aunque no sea consciente de ellas.

En gran parte mediante las diferentes instancias de educación y poder-control social  (familia, escuela, estado, religión, sistema de control legal, instancias sanitarias, etc) como diría Skinner (1953) el padre del conductismo radical la conducta de las personas adquieren forma y propósito, aunque  queda la opción de contra-controlar esas influencias, mediante el autocontrol y la ayuda de otros y empoderar a las personas.


La psicología adleriana en este aspecto es coincidente cuando habla de la psicología de la posesión, lo que la persona tiene aprendido, sus hábitos, sus rasgos, temperamento, etc.; y como esta es  diferente a la psicología del uso o sea a como usa todo esto en su vida cuando es consciente de los efectos y propósitos de estas acciones o hábitos (Ansbacher y Ansbacher, 1959).

En general y debido en gran parte a la educación  de la preparación para la convivencia y cooperación para la vida social  y al uso posterior que hacemos de esta, las personas en general podemos estar orientadas en la vida (muchas veces de manera inconsciente o inadvertida) de manera más egocéntrica y centradas más y casi exclusivamente en nuestros interés personal o bien más orientada hacia la cooperación con otros, sin olvidar también nuestro interés personal.

Es más, las situaciones amenazantes  como la actual del coronavirus como se suele decir, “saca lo peor y lo menor de las personas”.

Para los adlerianos (como para los conductistas radicales) cualquier respuesta que demos a la amenaza del coronavirus tiene una función o un propósito, un para qué, sea este advertido o no por la propia persona.

En la concepción adleriana las respuestas ante la ansiedad, reflejan aspectos del estilo de vida con determinados propósitos inconscientes mayormente.

Los síntomas o respuestas a la ansiedad pueden conllevar, cuando se excede el natural sentimiento de inferioridad a ser usados por el individuo como apaños para crear inconscientemente distancias con sus tareas de la vida. Cuando el individuo percibe una amenaza a su estima personal y este no se siente preparado para afrontarla en cooperación so esta es excesiva a sus propios recursos personales despliega inconscientemente sus síntomas o respuestas de ansiedad donde puede sentirse fracasado o derrotado. Estos síntomas se convierten en una excusa (inconsciente, ellos mismo no se dan cuenta de este propósito) para demorar actividades, poner distancia con ellas y justificarlas conscientemente después por el malestar experimentado.

Pero ojo, seamos muy cautos con la hipótesis adleriana previa. Solo es potencialmente válida cuando aparece una dificultad asociada en el interés social. Es decir la persona no está interesada por los otros, o bien usa un aparente interés social para elevar su propio ego exclusivamente.

Como se ha mencionado antes los grandes problemas de la humanidad, desde la perspectiva adleriana  y también desde la conductista radical ( p.e Kester Carrara, 2018) requieren de soluciones compartidas en cooperación.

Una amenaza de tan grandes proporciones que  afecta a todo el planeta requiere de la cooperación de los gobiernos más que de la lucha por llevarse más mascarillas y equipos para su propio país; dado que si es así el resto sigue desprotegido y con riesgo de infectar a los protegidos; o bien a levantar barreras, fronteras excesivas, etc; que ahoguen el intercambio comercial, etc; y produzca u colapso mundial.

También nos afecta a todos a nivel personal y a las personas con las que convivimos y requiere de un esfuerzo de cooperación que se inicia en el confinamiento en casa para los que pueden hacerlo, pero que no acaba ni se reduce solo a esto, ni tan solo a las medidas de protección, sino también a la cooperación con los otros, en especial con las personas más expuesta a la infección (sanitarios, transportistas, fuerzas de seguridad, personal de comercios alimentarios; etc.) y a las más expuestas a la marginación como las personas sin techo y todo el contingente venidero de más parados y negocios cerrados que se nos viene encima y nos va a afectar a todos.

Por supuesto que debemos y tenemos que exigir respuestas políticas a esta situación actual y venidera, pero esto no nos exime de nuestras propias responsabilidades personales con los más cercanos, cada uno según sus posibilidades y circunstancias. Todo esto ya nos está poniendo a prueba a todos, y nos va a seguir exigiendo que respondamos de una u otra manera.

3. CÓMO RESPONDEMOS  A ESTA AMENAZA DESDE NUESTRO ESTILO DE VIDA

El siguiente es solo un cuestionario orientativo y aproximativo. No es una escala validada si quiera, tan solo aporta una información general para que usted ajuste mejor sus respuestas ante la amenaza del covid-19 en un sentido de mayor interés social. Es una adaptación del original realizado por Antonio Miguel Quesada llamado “Cuestionario sobre el sentimiento de Comunidad” (Quesada, 2003) expuesto en el libro “Estilos de Vida” (Ruiz, Oberst y Quesada, 2006).

CUESTIONARIO SOBRE SENTIMIENTO DE COMUNIDAD ANTE EL COVID-19

Utilice la siguiente escala para responder a las preguntas:

0
1
2
3
Nunca
A veces
A menudo
Casi siempre


1.Cuando tengo que hacer un juicio sobre los responsables del gobierno ante esta crisis “intento meterme en su piel”, ver las cosas desde su perspectiva

2.Me cuesta bastante trabajo entender como la gente tiene diferentes puntos de vista ante esta crisis del coronavirus  que son distintos al mío

3.Cuando los medios de comunicación informan de algún suceso trágico del coronavirus no puedo evitar que me afecte, aunque sea un poco

4.La vida es dura para todos con esta situación del coronavirus, yo voy a lo mío, no me interesa lo que le ocurra a mi vecino

5.Soy miembro de alguna asociación que ayuda en esta crisis del coronavirus

6.A parte de lo que me interesa personalmente me da igual como marche mi empresa o grupo en esta crisis

7.Me gusta haber nacido en el sitio donde he nacido aunque haya sido afectado por el coronavirus

8.Veo algo sin sentido buscar información sobre mis antepasados mayores y mi familia en esta crisis

9.Me gusta trabajar en equipo en esta crisis aunque sea con mi familia o compañeros

10.Cuando tengo que hacer alguna tarea en esta situación del coronavirus no me agrada que otras personas me den sus opiniones de cómo hacerla ya que me lían o desorientan

11.Considero que la colaboración es importante para sacar adelante esta crisis

12.Dejémosnos de historias en esta crisis es mejor hacer las cosas uno solo que trabajar en colaboración, ya que se quedaran las cosas sin hacer si buscamos ayudarnos unos a otros

13. Ser consciente de que todos los seres humanos estamos afectados por este crisis es importante para mí, sin importar su origen o condición social.

14. Si por desgracia otras personas son afectadas por el coronavirus en su salud o economía, yo nada puedo hacer al respecto, por lo que mejor centrarme solo en lo mío

15.En la medida de lo posible intento ayudar a otras personas que lo están pasando mal en esta crisis

16. La vida es dura antes y ahora con el coronavirus, lo mejor es no ser ingenuo y mirar por el propio interés si no quieres que los demás de arrebaten lo tuyo

17. Realmente no comparto como otras personas se esfuerzan en imponerse y destacar ante otros en esta crisis en vez de colaborar entre todos

18. Me gusta mandar sobre otras personas y que en esta crisis se haga caso de mi criterio

19. A la hora de tomar decisiones  importantes en esta crisis hay que contar con las opiniones de las otras personas

20.  Solo si yo tomo las riendas en esta crisis sin contar con otros me va a ir las cosas mejor



Interpretación:
Sumar los pares
2
(    )
4
(    )
6
(    )
8
(    )
10
(    )
12
(    )
14
(    )
16
(    )
18
(    )
20
(    )
TOTAL    (    )
Sumar los impares
1
(    )
3
(    )
5
(    )
7
(    )
9
(    )
11
(    )
13
(    )
15
(    )
17
(    )
19
(   
TOTAL    (    )

Restar los impares a los pares =
Puntuación negativa o igual a 0
Sentimiento de comunidad muy poco desarrollado
Puntuación entre 1 y 10
Sentimiento de comunidad poco desarrollado
Puntuación entre 11 y 15
Sentimiento de comunidad algo desarrollado
Puntuación entre 16 y 20
Sentimiento de comunidad bastante desarrollado
Puntuación superior a 20
Sentimiento de comunidad muy  desarrollado





4. CÓMO ESTIMULAR NUESTRO INTERÉS SOCIAL

En este apartado seguimos las recomendaciones adlerianas sacadas del libro de Ruiz, Oberst y Quesada (2006) del cual presentamos los siguientes esquemas que hemos adaptado a este artículo:


4.1) LA EMPATÍA:


La empatía o capacidad de identificarse con alguien implica poder dejar de centrar la atención en nosotros mismos e intentar, en palabras de Adler, “ver con los ojos de otro, oír con los oídos de otro y sentir con el corazón de otro”. Gracias a ella podemos comprender al prójimo, valorarlo, respetarlo y aceptarlo, construyéndose así una benevolencia recíproca que abona el terreno para el bienestar colectivo.








Ejercicios para aumentar la empatía:




a)           Para ponerse en el lugar de otra persona, lo primero es cultivar una actitud sensible hacia los pensamientos y sentimientos de ella. Así, interésate, observa con más detenimiento a la gente con la que convives (familiares, compañeros de trabajo, vecinos, conocidos…), y mientras lo haces, pregúntate: ¿qué comunican sobre su mundo interior, verbalmente (con el contenido de sus palabras, con el tono de su voz) y con sus gestos (postura corporal, movimientos de las manos, expresión de la cara)?
. Si estas en casa confinado observa el lenguaje no verbal de los dirigentes políticos, de las familias o presiónales  que entrevistan, etc.



b)                Busca activamente acercarte a los demás, comunicarte con ellos para conocer sus asuntos, sus estados de ánimo, mostrándoles que te resultan importantes. Elige para ello la ocasión y el momento propicio (no cuando hay prisas, ruido...) Así, al despertarte por la mañana, si vives en pareja, ¿le das los buenos días y tienes un gesto de acercamiento? Si tienes hijos, ¿cada cuánto te interesas por sus cosas, por cómo les va? ¿de vez en cuando hablas con ese compañero/a de trabajo, con ese conocido, con ese amigo, sobre sus asuntos?. Puedes usar la vía online en estos casos dado que por ahora el contacto directo fuera de casa no es adecuado por el riesgo al contagio.



c)       En las conversaciones, prueba a adoptar una actitud de escucha activa, transmitiendo así a la otra persona que deseas que siga comunicándose contigo. Esto se logra así:

-                                  toma contacto visual con el interlocutor, míralo a los ojos (sin exageraciones llamativas). Esto es fundamental para que “conectéis” (con tus familiares u online si dispones de videocámara)

-                                  corporalmente, indícale que sintonizas con lo que te dice: asientes con la cabeza, haces gestos con las manos, tu rostro tiene una expresión de interés, etc.

-                                  refleja lo escuchado: muestra que has entendido lo que te han dicho, repitiéndolo o resumiéndolo con tus propias palabras (por ejemplo, “así que te dio a entender que ya no le interesaba tu propuesta”)

-                                  realiza preguntas al hilo de la conversación (¡sin que sea un interrogatorio!: tú también dices cosas tuyas, te autorrevelas)

-                                  haz comentarios sobre lo que te dice (“me alegra que confíes es mí y me digas eso”), mostrando consideración por su manera de ver y/o sentir las cosas, aunque no la compartas (“así que crees eso... bueno, por supuesto que respeto tu postura, aunque yo no lo veo así, pues. ”)




-                              al final de la conversación, manifiesta que te ha agradado que la otra persona comparta contigo su mundo interior (“ me alegra el que confíes en mí y me hayas contado todo eso”)


d)             Sé consciente de los obstáculos que dificultan establecer esa relación empática, como las respuestas con monosílabos o el cansancio, las prisas, las preocupaciones, que te centran en ti y dificultan el contacto con los demás. Por ejemplo, cuando llegas a casa tras una jornada laboral agotadora, ¿cuántas veces evades el contacto con las personas con las que convives y te encierras en tu interior, cavilando, rumiando cosas mientras ves la televisión, haces la comida o lees el periódico? ¿Puedes actuar de otra forma? ¿Qué cambiaría? Pruébalo.


e)           Si alguien desea hablar contigo cuando no es el momento oportuno, exprésaselo con

tacto: “disculpa, pero ahora no puedo pararme a conversar, que me van a cerrar la tienda... luego te llamo y hablamos tranquilamente, ¿vale?”.


Recuerda:

Esta capacidad de “ver con los ojos de otro” nos posibilita tener amistades, comprender a los demás, amar, etc. ¡Ponerse en el lugar del otro es muy útil hasta en los negocios!: así puedes intentar ver las cosas como lo hace el cliente, por ejemplo.



4.2) EL SENTIMIENTO DE PERTENENCIA:



También forma parte del Sentimiento de Comunidad el sentimiento de pertenencia: pertenencia a una familia, a un grupo, de formar parte de la humanidad, de que lo que tiene que ver con ella nos afecta.


Ejercicios para aumentar el sentimiento de pertenencia:




a)             Piensa sobre tus “raíces” familiares, en tu árbol genealógico: lo que te han contado, lo que conoces de tus antepasados, de tus bisabuelos, tus abuelos, tus padres, tus tíos, etc.: ¿tienen rasgos en común? ¿alguna característica psicológica, algún tipo de oficio, de actitud ante la vida, ante determinados problemas o circunstancias? Y ahora, piensa en ti: ¿compartes algo con ellos? ¿hay alguna continuidad?


b)            Ahora, ve con la mente a la localidad (comarca, nación...) en que has nacido, y los sitios donde has vivido y que te han influido: ¿qué sabes sobre sus gentes, su historia, sus calles, sus lugares interesantes? ¿te sientes unido a ellos? ¿qué cosas tuyas han tenido o tienen la marca de esos lugares: costumbres, detalles de la vida cotidiana, actitudes, etc.? ¿te identificas con los tópicos que circulan sobre esos sitios? ¿te gusta el acento de su habla?


c)           Respecto a la profesión que tienes, ¿te identificas con ella? ¿qué normas y valores de tu oficio son importantes para ti? ¿perteneces a alguna asociación profesional?


d)            Hazte las mismas preguntas respecto a otras asociaciones culturales, deportivas, políticas, sindicales, religiosas, etc. a las que pertenezcas o hayas pertenecido.




Recuerda:

El Sentimiento de Comunidad es abrirse, interesarse por los otros, por la sociedad, desde la situación de uno. Todo lo contrario del “chauvinismo”, de la visión provinciana, del corporativismo egoísta.


4.3) LA COOPERACIÓN:


Otro aspecto fundamental del Sentimiento de Comunidad es la cooperación, la posibilidad de varias personas de obrar conjuntamente para lograr un mismo objetivo. Implica confiar en los otros y a la vez saber que ellos se fían de uno, pues se está embarcado en la misma empresa. El hombre como especie tiene un equipamiento biológico para sobrevivir bastante precario, y sólo gracias al agrupamiento, a la colaboración de unos con otros, a la división del trabajo, pudo vencer en la lucha por la vida. Hoy, la cooperación sigue siendo un factor necesario para que la sociedad siga progresando.


Ejercicios para aumentar la cooperación:




a)            Reflexiona: ¿en qué áreas tienes objetivos comunes y colaboras con los demás (en las tareas domésticas, en tu trabajo, en asociaciones de cualquier tipo...)? ¿Qué emociones compartís al respecto? ¿Hay ayuda mutua, compromiso por tu parte y por la de ellos?
b)            ¿Realmente cuando cooperas la meta común te importa más que la tuya propia, que tus intereses? Aunque tengas tus opiniones, tu manera de hacer las cosas, ¿prevalece


siempre lo mejor para el grupo? ¿Podría mejorarse de alguna manera el ambiente  cooperativo en esas tareas que compartes con otros?


Recuerda:

Cuando cooperamos, la meta, el interés común ha de importar más que tus metas, tus intereses personales, tu manera particular de hacer las cosas. Si el grupo gana, tú ganas.


4.4) LA SOLIDARIDAD:


La solidaridad, el compartir y comprometerse con la causa de otra persona o colectivo, es otro ingrediente del Sentimiento de Comunidad. Es una manifestación de amor al prójimo.


Ejercicios para aumentar la solidaridad:




a)              ¿Te consideras una persona solidaria? ¿Te interesas activamente por estar informado respecto a la situación de colectivos que necesitan ayuda, como inmigrantes, marginados, etc.? Si tienes hijos, ¿te preocupas o has preocupado de enseñarles, de alguna u otra manera, que deben de ser conscientes de las desigualdades e injusticias que hay?


b)              ¿Colaboras económicamente con alguna causa altruista? ¿Has participado en campañas de recogida de ayuda de emergencia? ¿Has realizado acciones en pro de colectivos que necesitan ayuda, firmando manifiestos, remitiendo cartas, comprando



publicaciones, manifestándote? ¿Estás afiliado o colaboras con alguna organización de tipo solidario?


c)           ¿Te planteas las repercusiones sociales y ecológicas de tus acciones, del consumo de bienes que realizas? ¿De alguna manera esta reflexión influye en tus conductas?


Recuerda:

Ser solidario es saber ser generoso, dar, darse a los demás. Es saber que lo que hacemos influye en la situación de otros, y que “siempre puede hacerse algo” para mejorar las cosas. Y cuanto más se compromete uno, más se desarrolla como persona.

Si te das cuenta los ejercicios tienen dos aspectos:

(1) Primero, tomar conciencia de tu sentimiento de comunidad,  darte cuenta de cómo funcionas no solo por el cuestionario, sino por las preguntas que se te hacen.

(2)  Implicarte en acciones comprometidas actuando de otra manera si es el caso hacia una mayor cooperación con otros.

 Medidas más específicas  que combinaran la educación y el refuerzo social de prácticas educativas y sociales centradas en la cooperación también serían necesarias para ir un paso más allá que solo el llamamiento a la responsabilidad personal, por significativa que sea esta, que lo es y más en este contexto




5. APUNTES BIBLIOGRÁFICOS:

Adler, A.

-Conocimiento del hombre. Espasa-Calpe S.A. Madrid. 1973 (original 1927)
-Comprender la vida. Paidós. Barcelona. 1999 (original 1933a)
-El sentido de la vida. Espasa-Calpe S.A. Madrid, 1975 (original, 1933b)

Ansbacher, H.I y Ansbacher, R.R. La Psicología Individual de Alfred Adler. Troquel, 1959

Carrara, K. Entrevista. Kester carrara fala sobre Abnalise do Comportamento e politicas públicas. 2018


Frankl. V.E. El sentido de la vida. Plataforma Editorial. 2008

Hayes, S. Una mente liberada. La guía esencial de la Terapia de Aceptación y Compromiso. Paidós. Barcelona, 2020

Neff, K. Se amable contigo mismo: el arte de la compasión hacia uno mismo. Paidós, Barcelona, 2012

Ruiz, J.J; Oberst, U. y Quesada, A.M. Estilo de Vida. El sentido y el equilibrio según la psicología adleriana. Paidós. 2006

Ruiz, J.J. Psicoterapia conductual adleriana. Lulú Ediciones, 2017

Skinner, B.F. Ciencia y conducta humana. Editorial Fontanella. Barcelona, 1977 (original de 1953).


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