Breves apuntes sobre la
relación terapéutica desde una perspectiva conductual-adleriana (Ruiz, 2021)
Desde las terapias de tercera generación
conductuales-contextuales, en especial desde la Psicoterapia Analítica
Funcional (FAP) de Kohlenberg y Tsai (Kohlenbeg y Tsai, 1991) se plantea que
las personas que están en terapia psicológica y que presentan “problemas del Yo”
(Rasgos o trastornos de personalidad) presentan repertorios de conductas de
relación interpersonal aprendidos y bajo control estimular público más que
privado llevándoles a actuar en esas relaciones alejados del contacto con sus
propias necesidades o deseos y más en función de lo que otros dicen o hacen que
de su propia estimulación privada.
Esto se relacionaría más con el llamado clúster de
personalidad desde la psicología de rasgos tipo B (patrones de inestabilidad) y
C (patrones neuróticos de ansiedad-evitación) y menos con el cluster A
(patrones excéntricos) donde puede darse un exceso de control e
hiperreflexividad de contacto con la estimulación privada y evitación o
aversión a la estimulación de terceros o interpersonal.
De este enfoque conductual de la FAP junto a la Terapia Dialéctica conductual (DBT)
de Marsa Linehan (Linehan,1995) se derivan planteamientos terapéuticos precisos
y prácticos de cómo es deseable que actúen los terapeutas ante determinadas
conductas de sus clientes, pero sin caer en el recetario sino más en función de
lo que sucede en el aquí y ahora (“mindfulness en contacto con el presente”); planteamientos que van contando
progresivamente con evidencias contrastadas más allá de las puras
especulaciones que han llevado a la psicología lejos de la ciencia y a ser más
una actividad de reflexión de sillón que
de investigación.
En esto las terapias cognitivas-conductuales son la punta de
lanza actual de lo más científico de la psicología en el campo de la salud
mental, sin duda.
La FAP establece una serie de cuestiones relevantes para
determinar si los problemas relatados en la vida diaria se están presentando
aquí y ahora en la misma relación terapéutica (conductas clínicamente
relevantes tipo I); si los progresos relatados de la vida diaria igualmente se
presentan en el aquí y ahora de esta relación (conductas clínicamente relevantes
tipo II) y las interpretaciones del cliente sobre esos problemas/progresos
(conductas clínicamente relevantes tipo III). Igualmente ofrece unas reglas
orientativas para actuar ante estas conductas (Regla I-Observar las conductas
clínicamente relevantes tipo I y II; Regla II-Evocar o provocar las conductas
clínicamente relevantes I y II aquí y ahora para intervenir en ellas, Regla
III-Reforzar los progresos de las conducta clínicamente relevante en el aquí y
ahora, Regla IV-Intercambiar con el cliente como nos afectamos aquí y ahora mutuamente
y si esos nos aleja o acerca a los objetivos de cambio de las CCR2 y Regla
V-Ofrecer interpretaciones funcionales graduales a moldear para que el cliente
aprenda a transferir los cambios de dentro de la sesión a su vida diaria).
Sin embargo las terapias conductuales contextuales o
cognitivas-conductuales de tercera generación a pesar de estos avances no
presentan una teoría estructurada y acabada del todo por ahora de lo que llamamos personalidad y sus trastornos; aunque
están en ello y avanzan a pasos agigantados (Kohlenberg y Tsai, 2001, Valero y
Ferro, 2017) lo que sin duda afinará aún más la calidad y efectividad de sus
propuestas en estas problemáticas.
De otro lado la psicoterapia adleriana cuenta con una larga
tradición clínica e interesantes propuestas sobre la personalidad entendida
como “Estilo de Vida” (Adler,2000, 2003; Ruiz, Oberst y Quesada,2006; Ruiz,
2018) que habitualmente se presentan al público como terapia afín a las
propuestas más psicodinámicas, cognitivistas y constructivistas; cuando desde nuestra
perspectiva está más cerca del conductismo de lo que aparentemente les parece a
muchos de sus practicantes que siguen anclados en ver errónea y desinformadamenté
al conductismo como una psicología
mecanicista E-R.
A pesar de su larga tradición clínica el planteamiento adleriano tiene interesantes propuestas aún para el propio conductismo (Pratt, 1985; Pérez Álvarez, 2013; Ruiz, 2015) y a su vez este de manera recíproca para los adlerianos; aunque ambos se suelen ignorar e ir a lo suyo.
Es cierto que los adlerianos carecen habitualmente de la tradición
investigadora de los conductistas pero también es cierto de que su experiencia
clínica no es irrelevante ni sus planteamientos conceptuales. De hecho esto ha
sido reconocido sistemáticamente por conductistas destacados como es el caso de
Marino Pérez Álvarez (2013).
Volviendo al tema de la relación terapéutica tanto conductistas
como adlerianos son coincidentes de que la conducta de los clientes tienen una función
o finalidad, un para que, sean o no conscientes de ello. Esto no es de extrañar
dada la fuente filosófica común aristotélica de la que ambas se nutren (las
cuatro causas aristotélicas).
Siguiendo a Rudolf Dreikurs, un adleriano muy conocido en el plano educativo y los problemas psicológicos en niños/adolescentes, que plantea entender que
motiva a los niños a portarse mal desde el impacto emocional que tienen sus
conductas en sus allegados y su planteamiento de las 4 metas (fines o funciones
en este caso); y trasladando estas hipótesis a la relación terapéutica con los
adultos podemos establecer que cuando un cliente presenta determinadas
conductas problemáticas en consulta (las ccr1 de la FAP) lo hace porque eso
tiene unas funciones o fines en su persona en determinadas circunstancias de su
vida en relación con otras personas, en este caso con el/a terapeuta; funciones
aprendidas y reforzadas a lo largo de su historia personal y contextos actuales.
Averiguar esas funciones puede ser esclarecido usando el
análisis funcional del intercambio verbal y no verbal del aquí y ahora ente
terapeuta y cliente momento a momento (análisis funcional en vivo no solo de
cuestionarios o registros externos) siguiendo
la principal herramienta de análisis e intervención conductista.
También puede hipotetizar adlerianamente su finalidad o
función desde cómo afecta al terapeuta lo que aquí y ahora está sucediendo. El
terapeuta ¿se siente a menudo enfadado y cansado con las conductas del cliente?
y tendente a expresar molestia a este, pues puede que la función sea llamar la
atención para que el cliente se sienta importante (ATENCIÓN). ¿Se siente a
menudo herido por las palabras y acciones del cliente y tentado a enfadarse por
ello con este? (VENGANZA), pues puede que el cliente busque vengarse de este o
(o transfiera esa función en este) para sentirse satisfecho en la salvaguarda
de su yo/autoestima. ¿Se siente retado a mostrar la cliente que él/ella es quién
dirige la terapia y no este?;(PODER). ¿Se siente impotente e indefenso sin
saber qué hacer ante las ccr1 del cliente en consulta?, pues puede que el
cliente busque la retirada o evitación de cualquier esfuerzo que percibe
imposible para no hacer aún mayor la herida a su estima (RETIRADA-IMPOTENCIA).
Una vez hipotetizada esa función (véase la afinidad con la
regla IV de la FAP) el/la terapeuta la puede devolver (metacomunicar desde otra
perspectiva como la terapia cognitiva interpersonal de Safran y Segal, 1990) y
comprobar su efecto sobre la relación en marcha.
Podemos criticar que el planteamiento de Dreikurs se
restringa tan solo a 4 metas o funciones, dada la variedad humana. Pero aquí lo
relevante no es tanto si son 4 o X fines, metas o funciones, sino partir de la
finalidad o función de esas conductas en contextos relacionales y no como productos
de una avería interna en la cabeza sea mental o biológica (salvo problema
neurológico contrastado, claro).
Un planteamiento más extenso de las afinidades conductuales y
adlerianas desde las 4 causas aristotélicas y el concepto de Estilo de Vida adleriano como
operante organizadora de la persona a lo largo de su vida y sus potenciales
implicaciones terapéuticas está expuesto
en nuestra obra “Psicoterapia Conductual Adleriana” de 2015.
Creemos igualmente que un intercambio teórico-práctico entre
concepciones afines filosóficamente de sus proponentes como el caso de las
terapias de tercera generación, los adlerianos, los psicólogos existenciales y los psicoanalistas
interpersonales/relacionales puede enriquecer a los distintos terapeutas, aunque
cada uno prefiera su propia concepción (Ruiz,2013)
Ya existe algún precedente de esto como la entrevista del
conductista Marino Pérez en una
prestigiosa revista psicoanalítica (Pérez Álvarez, 2012).
Para hacer esto sin embargo hay que partir de una premisa que
no siempre va a ser compartida por todos: "Nadie tiene respuesta para todo";
aunque haya mejores y peores propuestas en el campo de la psicoterapia y el autor de estas líneas prefiera las suyas como ha quedado expuesta en esta entrada.
Bibliografía para profundizar en el tema:
-Adler, A. (2000). El sentido de la vida. Madrid: Ahimsa.
-Adler, A. & Brett, Colin (Comp.) (2003). Comprender
la vida. Barcelona: Paidós Ibérica
-Kohlenberg,
R. J. y Tsai, M. (1991). Functional Analytic Psychotherapy: A guide for creating intense and
curative therapeutic relationships. Nueva
York: Plenum (Traducción al español en editorial PSara, 2021)
-Kohlenberg,
R. J. y Tsai, M. (2001). Hablo, luego existo: Una aproximación conductual para
entender los problemas del yo. Escritos de Psicología. 2001, 5. Pp. 58-62
-Linehan,
M. (1995). Comprendiendo el Trastorno límite de la personalidad: Manual sobre
el enfoque dialéctico. New York: Guilford Press.
-Ferro,
R., y Valero, L. (2017). Hipótesis transdiagnóstica desde la
Psicoterapia Analítica Funcional: La formación del Yo y sus
problemas. Revista Brasileira de Terapia Comportamental e Cognitiva.
Volume XIX no 3, 145-165
-Pérez
Álvarez, M. (2012). Entrevista a Marino Pérez Álvarez. El conductista radical
(I y II). Temas de Psicoanálisis
-Pérez
Álvarez, M. (2013). Contingencia y drama. La psicología según el
conductismo. Minerva Ediciones,
Madrid.
-Pratt, A.B (1985). Adlerian psychology as an
intuitive operant system. The Behavior Analyst, 8(1), 39-51 (Sping)
-Ruiz, J.J.; Oberst, U.E., y Quesada, A.M.
(2006). Estilos de Vida: El sentido y el equilibrio según la
psicología de Alfred Adler. Paidós, Barcelona
-Ruiz,
J.J. (2013). Transferencia y contratransferencia. Del Psicoanálisis a la
Psicoterapia Analítica Funcional. Realitas| Vol. 1| N°. 2| Jul-Dic| 2013.
Pp.52-58
-Ruiz,
J.J. (2015). Psicoterapia conductual adleriana. Lulú Ediciones.
-Safran,
J.D.; y Segal, Z.V. (1990). El proceso interpersonal en la terapia cognitiva.
Paidós.
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